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Lo advierte estudio internacional: Acaparamiento de Tierras perjudica a las poblaciones rurales pobres de los países en vías de desarrollo.

Este informe, realizado por expertos en el tema de la tierra, es el resultado de un proyecto de investigación de tres años que reunió a cuarenta miembros y socios de la International Land Coalition (ILC) para examinar características, impulsores, impactos y tendencias de un fenómeno – las presiones comerciales sobre la tierra – en continuo aumento a nivel global.

Dentro de las revelaciones del estudio destacan el papel de las elites nacionales en este fenómeno (con un rol más significativo que el de los inversores extranjeros), que la cantidad de estas e tierras destinadas a la producción de alimentos es muy minoritaria y que la mayoría de los empleos prometidos por estas inversiones no se ha concretado, entre otros.

 INFORME DISPONIBLE PARA DESCARGAR

Más de 40 organizaciones colaboraron en el Proyecto de Investigación Global: Presiones Comerciales sobre la Tierra, el cual sintetizó 27 estudios de caso, estudios temáticos y vistazos regionales, que se analizan en este informe de la ILC.

El informe también incluye los últimos datos provenientes de un monitoreo a las transacciones de tierras en gran escala a nivel mundial, que ha realizado un seguimiento de estas operaciones desde el año 2000 hasta 2010. Esas transacciones suman más de 200 millones de hectáreas de tierra en el mundo – o sea ocho veces el tamaño del Reino Unido.

La investigación reveló algunas tendencias sobre las que no ha existido suficiente difusión a la hora de hablar del fenómeno de acaparamiento de tierras. Uno de los aspectos que resulta interesante es el papel de las élites nacionales en las adquisiciones de tierras, que resultó mucho más significativo de lo que se ha difundido a la fecha, ya que la mayoría de los informes periodísticos se enfocan en el rol de los inversores extranjeros.

Otra revelación de interés que aporta este informe, es que los alimentos no son el foco principal en las transacciones de tierras. De los 71 millones de hectáreas en transacciones que los autores pudieron referenciar, el 22% fue para minería, turismo, industria y forestería y tres cuartos del restante 78% para la producción agrícola orientada a biocombustibles.

Los investigadores encontraron que si bien las grandes transacciones que involucran a la tierra pueden crear oportunidades, es más probable que causen problemas a los sectores más pobres de la sociedad, que a menudo pierden el acceso a este recurso y a otros bienes naturales que son esenciales para su vida. “Bajo las condiciones actuales, las transacciones de tierras en gran escala amenazan los derechos y medios de vida de las comunidades rurales pobres y especialmente de las mujeres,” expresa el autor líder del informe Dr. Ward Anseeuw del French Agricultural Research Centre for International Development, CIRAD.

Además, los investigadores encontraron que los empleos prometidos como resultado de las inversiones no se materializan aún de acuerdo a los datos de los casos analizados. Señalan además que en su fiebre por atraer inversiones, los gobiernos nacionales pierden ingresos en forma de impuestos de largo plazo e ingresos que pudieron haber obtenido en transacciones mejor negociadas.

“La competencia por la tierra se está volviendo cada vez más global y cada vez más desigual. La débil gobernanza, la corrupción y la falta de transparencia en la toma de decisiones, que son una característica clave del ambiente típico en que tienen lugar las adquisiciones de tierras en gran escala, significa que los pobres obtienen pocos beneficios derivados de estas transacciones pero pagan en cambio altos costos,” expresa el Dr. Madiodio Niasse, Director de la Secretaría de la Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra, cuyos miembros incluyen a agencias de la ONU, instituciones financieras internacionales, institutos de investigación y organizaciones de la sociedad civil y de productores.

Los débiles derechos sobre la tierra son otro problema. “Debido a que los gobiernos son los dueños de la tierra, es más fácil para ellos dar en arriendo grandes áreas a los inversionistas, pero los beneficios para las comunidades locales o para las arcas nacionales a menudo son mínimos,” expresa el co-autor, Dr. Lorenzo Cotula delInstituto Internacional del Ambiente y el Desarrollo (IIED) . “Esto resalta la necesidad de que las comunidades pobres tengan derechos más fuertes sobre la tierra en la que han vivido por generaciones.”

“En nuestros hallazgos hay poco que indique que el término ‘acaparamiento de tierras’ no esté bien merecido,” expresa el Dr. Michael Taylor, Gerente de Programa de la Secretaría de la Coalición para Política Global y África, quien coordinó el proceso de estudio y fue co-autor del informe síntesis.

Además, la gobernanza económica está fallándoles a los sectores pobres de las áreas rurales. Los regímenes de comercio internacional brindan una fuerte protección legal a los inversionistas internacionales, mientras que se han establecido menos y menos efectivos acuerdos internacionales para proteger los derechos de los pobres de la áreas rurales o para asegurar que un mayor nivel de transacciones e inversiones se traduzcan en desarrollo inclusivo sostenible y reducción de la pobreza.

Parte del problema es también que muchos formuladores de políticas piensan que la pequeña producción agrícola no tiene futuro y que la agricultura en gran escala e intensiva es la mejor manera de alcanzar la seguridad alimentaria y apoyar al desarrollo nacional.

La desposesión y marginación de los sectores pobres en áreas rurales no es nada nuevo. Más bien la actual fiebre por la tierra representa una aceleración de procesos en marcha y parece decidida a continuar. Este informe por tanto concluye que nos encontramos en una encrucijada en cuanto al futuro de las sociedades rurales, la producción basada en la tierra y los ecosistemas en muchas áreas del Sur.

El informe recomienda que el gobierno y los inversionistas:

  • Reconozcan y respeten los derechos consuetudinarios a la tierra y recursos de los pobladores rurales.
  • Coloquen a la pequeña producción al centro de las estrategias para el desarrollo agrícola.
  • Hagan que el derecho internacional sobre derechos humanos funcione para los pobres.
  • Hagan transparente, inclusive y con rendición de cuentas la toma de decisiones sobre tierras.
  • Aseguren la sostenibilidad ambiental en las decisiones sobre adquisiciones e inversiones en tierras y aguas.

El informe urge modelos de inversión que no involucren adquisiciones de tierras en gran escala, sino que más bien trabajen juntos con los usuarios locales de tierras, respetando sus derechos a la tierra y la capacidad de los pequeños productores de desempeñar un papel clave en la inversión para cubrir las demandas de alimentos y recursos en el futuro.


SOBRE LOS EDITORES:

  • La Coalición Internacional para el Acceso a Tierra (la Coalición o ILC) es una alianza global de la sociedad civil y organizaciones internacionales que trabajan juntas para promover el acceso seguro y equitativo a la tierra para mujeres y hombres pobres a través de la incidencia, el diálogo, la difusión de conocimientos y la formación de capacidades. La Coalición está integrada por 116 organizaciones miembro en más de 50 países incluyendo agencias de la ONU, y otras organizaciones internacionales, organizaciones de productores, institutos de investigación, ONG y organizaciones con base en la comunidad. Como convocador de la sociedad civil, partes interesadas gubernamentales e intergubernamentales sobre políticas y prácticas de tierras, la Coalición conforma alianzas de partes interesadas múltiples para defender los derechos a los recursos de las mujeres y hombres pobres y permite a sus miembros y socios trabajar juntos hacia la implementación de una agenda de la tierra centrada en la gente (ver www.landcoalition.org).
  • CIRAD (Agricultural Research Centre for International Development) es un centro de investigaciones francés que trabaja con países en desarrollo para enfrentar temas internacionales agrícolas y de desarrollo. Con esos países, el CIRAD trabaja para generar nuevos conocimientos, apoyar el desarrollo agrícola y contribuir al debate sobre los principales temas globales relativos a la agricultura, los alimentos y territorios rurales. El CIRAD cuenta con una red global de socios y oficinas regionales desde las cuales lleva a cabo operaciones conjuntas con más de 90 países. Tiene un personal de 1,800 empleados incluyendo 800 investigadores. Posee un presupuesto anual de 214 millones de euros, dos tercios de los cuales son proporcionados por el gobierno francés (ver www.cirad.fr).
  • El Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo (IIED) es un instituto de investigación independiente y sin fines de lucro. Establecido en 1971 y con sede en Londres, el IIED proporciona experiencia y liderazgo en las investigaciones y en el logro del desarrollo sostenible (ver www.iied.org).

SOBRE LOS AUTORES:

  • Ward Anseeuw (ward.anseeuw@up.ac.za) es investigador en el Agricultural Research Centre for International Development (CIRAD) de Francia, basado en la Universidad de Pretoria, Sudáfrica. Ha llevado a cabo investigaciones durante los últimos diez años en el sur de África y el continente africano, particularmente sobre temas relacionados con la reestructuración agrícola, conflictos de tierras y reforma agraria y de tierras. Ha publicado mucho sobre estos temas en publicaciones científicas y con renombrados editores.
  • Liz Alden Wily (lizaldenwily@gmail.com) es economista política con más de 35 años de experiencia en 15 países de África y Asia. Es una reconocida experta en tenencia de la tierra y administración en economías agrarias, con un enfoque en regímenes de tenencia indígenas. Ha sido consejera de gobiernos y agencias internacionales sobre políticas de tenencia innovadoras y diseños de programas operativos. Frecuentemente trabaja en el campo, formulando con las poblaciones rurales nuevos enfoques relativos a la seguridad de la tenencia en masa, que afecta particularmente a las propiedades colectivas.
  • Lorenzo Cotula (lorenzo.cotula@iied.org) es investigador principal en leyes y desarrollo sostenible en el Instituto Internacional del Ambiente y el Desarrollo (IIED) basado en el Reino Unido. En el IIED Lorenzo dirige el trabajo sobre derechos a la tierra y sobre inversiones en recursos naturales. Lleva a cabo investigaciones, formación de capacidades, incidencia y trabajo de asesoría a nivel de campo, nacional e internacional.
  • Michael Taylor (m.taylor@landcoalition.org) es gerente de programa para África y Política Global en la Secretaría de la Coalición con sede en Roma en el FIDA. Es antropólogo social y científico ambiental que ha trabajado en el manejo comunitario de tierras de pastoreo en Botsuana, Mali y Kenia, así como también otros aspectos de tenencia de la tierra y el manejo de recursos naturales con base en la comunidad en África y a nivel global

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