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Brasil: Agroecología en oposición a los agrotóxicos del agronegocio

En la agricultura actual el objetivo es el lucro que genera beneficios para los agronegocios de exportación. La técnica utilizada es un monocultivo, que no conviven bien con la pequeña propiedad. La Agroecología es exactamente lo contrario a esta propuesta, su objetivo es producir alimentos calidad, respetando el medio ambiente.

Por Movimiento Sin Tierra (MST) – Brasil
Fuente: Biodiversidad en AL

En la 9º Jornada de Agroecología, Plinio de Arruda Sampaio, presidente de la Asociación Brasileña de Reforma Agraria (ABRA), vino a explicar cómo el capital trabaja en la agricultura. Y Leticia Silva, gerente de la normalización y evaluación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA), presentó un panorama general del comercio de plaguicidas en el país.

El capitalismo se caracteriza por la propiedad privada y la búsqueda de beneficios. Sin embargo, no necesariamente lo que hace que un beneficio es lo que satisface las necesidades de la sociedad. “Tenemos que comprender cómo piensa el capitalista. Su mente funciona así: cuando yo pongo mi dinero es para obtener más capital”, ilustra Sampaio.

En la agricultura, la lógica es la misma. El objetivo es el lucro, y cualquier otra cosa que genere ganancias para los agronegocios de exportación. “Y es que lo que está generando más ganancias es vender para el exterior”, resume el presidente de ABRA.

La técnica utilizada es el monocultivo, que según el orador, no se llevan bien con la pequeña propiedad.  La Agroecología se opone a este punto de vista. Su objetivo es producir alimentos de calidad, respetando el medio ambiente, hoy y para las generaciones venideras.

Agronegocios: cultura de la muerte

“La lógica del capital en la agricultura es muy peligrosa – tiene que ser controlada”, dice Sampaio. Las cifras son alarmantes. Seis empresas controlan el 80% del mercado brasileño de plaguicidas, el mayor mercado para estos productos. Se negociaron más de 790 000 toneladas de plaguicidas en el país en 2009, según el informe de ANVISA, considerando sólo el peso de los componentes principales, sin productos que se agregan. “Esto da un promedio de 3 kg por habitante”, explica Leticia Silva.

Según el gerente de la ANVISA, el capital de estas empresas transnacionales es mayor que el PIB de la mayoría de los países en la ONU, sólo en Brasil se invirtieron 6,8 mil millones de dólares en 2009. En comparación con los datos de 2008, el país consumió más del doble de plaguicidas que en el período anterior. “El informe termina con siderando que la eliminación de los transgénicos reduciría el uso de plaguicidas”,  señala Leticia.

Flujo de veneno

Para lucrar en Brasil, empresas como Monsanto, Syngenta y Bayer envían productos que estaan prohibidos en los EE.UU. y Europa por motivos de salud pública. Además, otros plaguicidas que ya no eran utilizados en Brasil retornaron a la circulación, ya que las plagas son cada vez más resistentes.

Leticia cuenta que fue aprobado en la Unión Europea fue aprobado el “derecho a la”información”, obligando a los agricultores que usan plaguicidas a informar a los vecinos acerca de la cantidad usada y a respetar la distancia reglamentaria para evitar la contaminación. En Brasil, no existen normativas semejantes, además de causar daño a los seres humanos, los plaguicidas son una amenaza para el ecosistema.

“El acuífero Guaraní puede verse afectado y no hay nadie que de seguimiento a esta situación”, se queja  Leticia Silva. “Podemos estar contaminando la mayor reserva de agua dulce del mundo”, añade.

Modelo de cambio

Al final de su intervención, Leticia hizo un llamado a la sociedad civil para presionar al gobierno,: “queremos que la ANVISA cuide de nuestra salud y no que sigan lanzando veneno.”

En relación con la propiedad de la tierra, Sampaio cree que es necesaria  una ley que limite los agronegocios.  “Es como un toro salvaje, que hay que cercar, y es necesario que la gente acabe con él”, provoca.

Los panelistas señalaron los dos puntos principales de una renovación en el campo: la desconcentración de la propiedad de la tierra mediante la reforma agraria y el cambio de cultivo, el cambio del monocultivo a la agroecología.

“Muchachos, necesitamos su ayuda”, dijo Leticia, llamando al 3000 personas presentes.

“Hoy este modelo genera dependencia, pero en un país socialista, lo que valdrá la pena es generar alimento para la gente y mantener a la naturaleza en equilibrio”, dijo Sampaio.

El objetivo, además de generar condiciones más justas para todos los hombres y mujeres, es la de cultivar una relación de integración con el medio ambiente. “La tierra es nuestra madre. Llegamos de ella y a ella vamos a volver. La agroecología es la sabiduría de la vida “, añade.

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