Organizaciones sociales, políticas y ecologistas de toda la provincia ratificaron la necesidad que haya una zona de exclusión, libre de glifosato, de 800 metros alrededor de todos los ejidos urbanos. Mientras, el debate parlamentario no avanza.
Diario Uno – Santa Fe
El debate político en el Senado de la provincia sobre qué distancias habría que respetar para no fumigar con agroquímicos en cercanías de los ejidos urbanos no avanza. Las sucesivas reuniones que los legisladores mantuvieron con ambientalistas, productores y otros actores vinculados al tema aún no se materializó en uno o más dictámenes que aceleren la llegada del proyecto al recinto de la Cámara alta.
Mientras tanto, hay dos propuestas que asoman como respuesta a la sojización del modelo agrario: la iniciativa que tuvo media sanción de Diputados –y luego perdió estado parlamentario–, donde se establece prohibir la aplicación de glifosato sobre los sembrados a una distancia de 500 metros cuando es vía terrestre y 1.000 metros cuando es por aire; y otra del justicialista Hugo Terré, que pretende sólo 100 metros de prohibición.
Ninguna de las alternativas conforman a los ecologistas, aunque en el caso del proyecto del legislador del PJ la molestia es superlativa. En ese sentido, reunidos en la ciudad de Santa Fe, se realizó el 8º Plenario de la Campaña Paren de Fumigarnos, que congregó a representantes de toda la provincia. En ese marco, se ratificó el pedido de prohibir las fumigaciones aéreas en todo el territorio, y también establecer una zona de exclusión de 800 metros de distancia con respecto al límite del ejido municipal, escuelas rurales, caseríos y cursos de agua para las aspersiones terrestres.
Asimismo, se reconocieron avances “en la conciencia popular sobre los peligros que tienen los agrotóxicos para la salud humana y del ambiente, así como en la concreción de ordenanzas y audiencias con dirigentes y legisladores provinciales, a quienes se explicó la necesidad de medidas de prevención”. A su vez, ratificaron –una vez más– el pedido de prohibir las fumigaciones aéreas en toda la provincia y la urgencia de establecer una franja de protección no inferior a los 800 metros libre de fumigaciones frente a la “epidemia” de enfermedades asociadas al uso de agroquímicos.
También, organizaciones como la Asociación Civil Muyuqui de San Justo, Dejate Sorprender de Hersilia, el Centro de Protección a la Naturaleza de Santa Fe y la Asamblea por la Vida de San Lorenzo, entre otros, manifestaron su preocupación “por las demoras y presiones, algunas intimidatorias”, que sufrieron en los últimos meses como consecuencia de las denuncias de fumigaciones indiscriminadas en toda la provincia.
Por otra parte, se recordó “la criticable conducta del senador por el departamento 9 de Julio, Hugo Terré, quien anunció a los medios un proyecto supuestamente de su autoría, minutos después de haber estado reunido con vecinos a quienes ocultó dicha iniciativa”. En dicho texto, según contó el legislador, pretende sólo 100 metros de exclusión para fumigaciones y que los municipios y comunas luego puedan ampliar, o no, esa franja mínima.
Los integrantes de Paren de Fumigarnos también criticaron “la falta de compromiso del gobierno provincial, no obstante la gravedad del problema, reflejado en su ausencia y la de sus ministros en la reunión con senadores y en las comisiones que se encuentran tratando la adecuación de la legislación provincial a las previsiones de la ley general del ambiente”. Además, señalaron que “a más de tres meses de haber solicitado” una audiencia con el gobernador electo, Antonio Bonfatti, todavía no tuvieron respuesta.
Por último, en el encuentro del sector que se concretó en Santa Fe se hizo un pormenorizado informe sobre la emergencia sanitaria y medioambiental que afecta a toda la provincia, y se hicieron “propuestas al modelo actual, como la alternativa agroecológica, la cual, a la par de incrementar geométricamente la mano de obra, permitiría alimentarse sanamente, evitaría enfermedades y pérdidas de vidas humanas”.
En tanto, dijeron que la propuesta agroecológica ayudaría a “los productores a incrementar su producción al tiempo que preservarían la fertilidad de la tierra y su libertad de acción, evitando el uso de productos que acentúan la dependencia de multinacionales productoras de semillas genéticamente modificadas y agroquímicos asociados”.
lo ideal seria que se prohibiera definitivamente, pero eso conllevaria a cambiar lA ECONOMIA AGROECONOMICA QUE PRODUCE EL ECOCIDIO.-