El sistema silvopastoril, en el Chaco húmedo y sub húmedo, es un aporte a la defensa del monte nativo si se lo hace con conciencia y compromiso. Así lo entienden productores agropecuarios, técnicas y técnicos de diferentes regiones del país, quienes participaron del “Taller de actualización sobre sistemas silvopastoriles en la Región del Chaco Húmedo” que fue realizado los días 11 y 12 de marzo.
El taller se llevó a cabo presencialmente en Reconquista, Malabrigo y la Cuña Boscosa santafesina; y, de manera virtual, desde diferentes localidades de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, Salta, Catamarca y Buenos Aires.
Uno de los expositores fue el ex Director de Bosques de Santa Fe, Dr. Carlos Chiarulli -asociado en la REDAF-, quien expresó que “la superficie cubierta por bosques en la Provincia de Santa Fe a principios del siglo XX era aproximadamente de 6 millones de hectáreas”. Puntualizaba que “en el año 2002 se contabilizó sólo 842.000 ha. como superficie forestal total”, y que, “en 70 años, Santa Fe perdió el 85% de sus bosques”.
Por último, Chiarulli aclaraba que “hoy la provincia registra poco más de 1.700.000 has de bosques nativos. Parte de este incremento se debe a que por redefinición que COFEMA hace del concepto ‘bosque’, se incorporaron al inventario forestal formaciones leñosas anteriormente consideradas ‘arbustales’ “.
Por su parte el productor de la Cuña Boscosa, Santiago Ortíz, manifestó su certeza de que al bosque hay que conservarlo. Ortíz, integrante de la Unión de Organizaciones de la Cuña Boscosa (UOCB), defendió la ley de bosques, aunque manifestó que es necesario que se normalicen los pagos por los planes presentados, que vienen con atrasos de años. “Criamos nuestros animales porque la mayoría tenemos animales menores. Es una ayuda para el productor porque la comercialización es más rápida, ya que es más rápida la producción”. Para ello reconocía el aporte de la Ley 26331 que con sus aportes les permitió ‘parcelar’ sus campos.
El integrante de la UOCB, manifestó que en la cuña boscosa del norte santafesino se puede implantar una forrajera de árboles nativos: “Tenemos chacras viejas que están abandonadas, donde se puede implementar una forrajera, por ejemplo, como espina corona o guayacán; por supuesto siempre pensando a futuro. Yo tengo 59 años, y si planto guayacán yo sé que no es para mí el resultado; pero si para los futuros vivientes que van a estar en ese campo y lo van a disfrutar. Entonces, también hay que tener una mirada de largo plazo“.
A su vez, expresó la necesidad de “conservar la fauna silvestre“. “Yo me crié en el campo toda la vida y, gracias a Dios, había charatas, tatú, guazunchos, había un montón de animales silvestres que son la carne del productor. El productor grande, por ahí, no sabe eso porque la puede comprar“, reflexionaba Ortíz.
El Ingeniero Agrónomo Oscar Cena, Técnico del Instituto de Cultura Popular (INCUPO), refiriéndose a los planes de manejo “Agrupados” en Colonia Durán, en la provincia de Santa Fe, relata el proceso que derivó finalmente en una lenta pero continua recuperación forestal. Cena contó que en las charlas previas al manejo de monte que desarrollaron, los productores manifestaban: “por fin una ley de bosques así nos ayudan a limpiar esta mugre del bosque“. Por ello, tuvieron que dejarles claro que “la ley no es eso lo que pretende“, en relación al remanente de bosques que los productores aún conservaban en sus campos.
“Son colonos gringos que han terminado alquilando, en su mayoría, la tierra, y muchos de ellos llevando las vacas a la isla. Ahora, en este proceso -que empezó también antes que el trabajo nuestro-, empezaron a ver cómo alternaban esa propuesta de manejo. Entonces, ante esta realidad, dijimos que no se podía seguir interviniendo el bosque de cualquier manera, y que hay toda una definición de manejo que está en la ley“, rememoraba Oscar Cena. Por último, en ingeniero dio algunos ejemplos de productores que fueron incrementando la superficie de bosque nativo y fortaleciendo su producción.
Otro de los expositores fue el Ingeniero Agrónomo Abel Menapace, quien expresó que la filosofía del trabajo que realizan es observacional: “Al bosque hay que conocerlo, saber sus pulsos, saber cómo se comporta, cómo va a reaccionar, cuáles son sus resiliencias, cómo está constituído, cuál es su manera de pensar. Entonces nosotros vamos a ir por lo observacional. También Somos ingenieros agrónomos, siempre hemos estado dentro de la caverna platónica mirándo las sombras que se proyectan allá. Así que lo único que conocemos por ahora es lo académico, lo de la facultad, y lo de los libros que hemos leído. Pero ahora nos vamos a dar vuelta, vamos a salir de la caverna de Platón y vamos a entrar al bosque; vamos a preguntarle al bosque qué es lo que piensa“.
Finalmente, Menapace manifestaba que la fotosíntesis es el combustible del mundo biológico: “Cuando el mundo tecnológico se mueve por el gasoil y las naftas, el mundo biológico se mueve a través de la fotosíntesis. Más fotosíntesis significa más materia orgánica, más suelo cubierto, más humedad, más pasturas y mejor suelo“.
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