Red Agroforestal Chaco Argentina Redaf
Más allá de lo que digan algunos “informes técnicos”, quienes viven al norte de la provincia de Santa Fe saben lo que significa que se instale una curtiembre en su territorio: olor a podrido y aguas contaminadas son sólo algunos de los efectos más visibles.
En el Departamento General Obligado al Norte de Santa Fe existen 4 curtiembres. El caso de Las Toscas es imposible de ignorar: quienes han transitado por la ruta 11 saben del “olor” característico que delata la presencia de una curtiembre en esa ciudad. En la ciudad de Reconquista hay otras dos. En este caso, pese a que las denuncias no han trascendido, los vecinos hablan de constante irritación de ojos y garganta, e incluso de algunos casos de cáncer derivados de la contaminación con químicos que afecta el agua y el aire de las zonas aledañas.
Por eso, desde mediados del año 2004, los vecinos del Barrio Montecarlo, ubicado a 5 kilómetros de la ciudad de Reconquista, se congregaron en reuniones abiertas, motivados por el mismo temor: la instalación de una curtiembre. Querían evitar que la historia se repitiera exigiendo mayor control de las autoridades y que la información se hiciera pública. Así nació la Asamblea Ambientalista 10 de Abril, que desde entonces viene trabajando en el ejercicio del derecho a vivir un ambiente sano.
Cuando el río suena…
Fue en el año 2004 que los vecinos del Barrio Montecarlo comenzaron a ver el avance de la construcción de un galpón. Los alertó el enterarse de quien era el propietario de la obra: un empresario dedicado al negocio del cuero, que ya tenía a su haber denuncias por no tratamiento de efluentes en otra curtiembre de su propiedad. Entonces solicitaron más información a la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia. Les dijeron que no había de qué preocuparse: la fábrica estaba autorizada para funcionar pero sólo para trabajar el cuero sin uso de químicos ni efluentes de su proceso. Los vecinos confiaron y esperaron.
Ya en 2006, era evidente que las cosas no eran como les habían informado. Restos de cuero en las zonas aledañas, coloración en las aguas, olor nauseabundo e incluso un basural ilegal funcionando en el predio la industria, eran las irregularidades que saltaban a simple vista. Aventurándose un poco más, los vecinos pudieron ver y fotografiar piletones de decantación con canaletas que iban a parar directo al Arroyo El Rey, curso de agua que bordea la ciudad de Reconquista.
Entonces las protestas de los vecinos, apoyados por otras organizaciones se hicieron más fuertes. Presentaron denuncias ante la Secretaria de Medio Ambiente provincial y el municipio de Reconquista. Nunca hubo una respuesta formal de la Secretaría, se supo que enviaron técnicos a tomar muestras de agua, pero los vecinos no han tenido acceso a los resultados de ese estudio, pese a que lo han solicitado en numerosas oportunidades.
Desde el municipio las señales fueron más alentadoras: se decretó la clausura de la fábrica… pero no por contaminante, si no porque no contaba con las autorizaciones correspondientes para la construcción del galpón donde funcionaba. Algo es algo.
Pero a dos años de ese hecho, los vecinos volvieron a ver mayor movimiento en la fábrica y de la mano las señales de contaminación que indican que la clausura fue levantada, o que simplemente no hay control. Hoy están a la espera de una reunión con las autoridades municipales, para que se les explique qué pasó con esa resolución.
El Derecho a Un Desarrollo Sustentable
La lucha de la Asamblea 10 de Abril es por prevenir. Quieren que las autoridades hagan cumplir la ley, antes de que ocurran daños irreparables al medio ambiente o a la salud de las personas. Nuestra Constitución Nacional les da la razón, pues en su artículo 41, establece que todos los ciudadanos tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano, que asegure no sólo su bienestar actual sino también el de las generaciones futuras.
Toda la normativa nacional y provincial en materia de medio ambiente se orienta hacia los principios de Prevención y Precaución, esto quiere decir que no sólo actúa sobre daños ya consumados. También se aplica a casos como el del Barrio Montecarlo, donde existen evidencias de una posible amenaza y además hay antecedentes del daño provocado por otras industrias similares.
La pelea de estos vecinos no es fácil. La peligrosa “cercanía” entre algunos funcionarios y el dueño de la industria los hace dudar del cumplimiento de las promesas de mayor control. Por otro lado la indiferencia de la gran mayoría de los ciudadanos de Reconquista, incluidos los medios de comunicación, que parecen no advertir la amenaza que significa este emprendimiento. Muchos los acusan de querer perjudicar el “desarrollo” de la ciudad, ya que argumentan que parar las curtiembres es dejar sin trabajo a cientos de personas.
Lo cierto es que pensar que el “progreso” significa entregar los recursos naturales al mejor postor, es pan para hoy y hambre para mañana. Bien lo saben en el norte santafesino, con casos como el de La Forestal, que luego de desmontar gran parte de la cuña, partió a buscar horizontes más rentables dejando tras de sí decenas de pueblos abandonados y el recuerdo de una zona que fue rica en bosques nativos.
Los vecinos de Montecarlo quieren el desarrollo del norte de la provincia, pero quieren un desarrollo responsable, donde todos sean beneficiados y no sólo el bolsillo de unos pocos. Quieren respirar aire puro y tomar agua limpia, quieren evitar que las tierras donde viven se desvaloricen por la contaminación. Eso es pensar a futuro. Por eso exigen a las autoridades que hagan cumplir las leyes que los protegen.
Actualmente, con prácticas y manejos adecuados y el uso de nuevas tecnologías, es posible implementar inversiones empresariales con criterios de sustentabilidad, para que los bienes naturales, que son propiedad de todas las personas que habitan la región, no se destruyan y sigan disponibles para nuestros hijos y nietos.
CONTACTO:Asamblea 10 de Abril
Eliana Ibarra TEL: 03482 15530781 / EMAIL: mole16demayo@gmail.com
