Home / Destacados / Las empresas agrícolas “se dedican al canibalismo corporativo”

Las empresas agrícolas “se dedican al canibalismo corporativo”

>CHARLA DE LA INVESTIGADORA SILVIA RIBEIRO

alimentosano

La investigadora Silvia Ribeiro fue una de las panelistas del seminario regional ‘Alimento Sano, Pueblo Soberano’, realizado en la ciudad de Asunción a fines del mes de mayo. La directora para América Latina del Grupo de Acción sobre la Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) reflejó con mucha claridad, y con nombres propios, el proceso de gigantesca concentración empresarial que se está llevando a cabo en el sistema agrícola y alimentario mundial. Escuchar el audio de esta nota.

A continuación reflejamos un extracto de su exposición:

ribeiro

La investigadora Silvia Ribeiro, miembro del Grupo ETC.

“El sistema agrícola y alimentario mundial es un sistema que está no solamente enfermando a la gente y al planeta,  sino además es el mercado más grande del mundo. Resulta que antes, el mercado más grande del mundo era el de las petroleras, el de los bancos; pero desde el año 2009 es el alimentario. Y al mercado alimentario se lanzaron a cautivarlo empresas trasnacionales, porque es un gran negocio, porque no se puede vivir sin comer.

Entonces tienen que hacer un doble juego. Por un lado, tener la mayoría del mercado, para vender más…no importa qué; y por otro lado desplazar a los que realmente producen la comida. Es una cadena alimentaria, no es una red alimentaria como la campesina. Es una cadena alimentaria cuyo objetivo principal es tratar que dejemos de consumir y usar nuestras propias semillas, nuestra propia comida; que se termine nuestra propia cultura. (….) Y que lo único que haya sea lo mismo en todas partes y que no podamos elegir más que entre 20 o 30 marcas; y que cuando uno limpia un poco resultan que son nada más que 5 o 6 trasnacionales que son dueñas de las 20 o 30 marcas.

Sin embargo, todo esto llega solamente al 30 por ciento de la población mundial. Por una razón de que, a los que tienen hambre, a los que no tienen dinero,  a la cadena industrial no le preocupa en lo más mínimo…no les van a dar nada, solamente les van a vender. A los que tienen hambre, a los pobres, etc., solamente son de los pequeños campesinos y las huertas urbanas que de verdad les llega algo de comer, sino no les llegaría nada.

Al ser el mayor mercado mundial, el de la alimentación y la agricultura, las empresas se han lanzado a captarla o a cooptarla. Y eso ha sucedido sólo en los últimos 30 años. Hace 30 años había todavía miles de pequeñas empresas que vendían semillas…más de 7 mil. Hoy en día nosotros tenemos 6 empresas; son tan poquitas que las podemos nombrar: Monsanto, Syngenta, Du Pont, Dow, Bayer, Basf. Son todas empresas productoras de veneno, algunas desde hace más de cien años. Producían veneno, y ese era su negocio: vender veneno.  Hicieron veneno para las guerras, hicieron veneno para la guerra de Vietnam. Bajaron la dosis y lo convirtieron en glifosato, en 2,4-D, en todas esas cosas que usan para la agricultura. Pensaron: ‘¿Cómo podemos hacer para que la gente consuma más veneno, que es un gran negocio?’ ‘Ah, bueno, haciendo que las semillas necesiten veneno. Entonces nos vamos a comprar las semilleras, para que las semilleras desaparezcan’. Y estas 6 empresas que les nombré hoy en día tienen todos los transgénicos que hay en el mundo. Pero además tienen casi el 70 por ciento de todas las semillas de todo tipo, las que se venden (las comerciales), las que vienen en un paquete certificado, etc.; las que dicen: ‘semilla híbrida tal tal…’.   Y además tienen el 75 por ciento de todos los agrotóxicos que se venden en todo el mundo…y son sólo 6.

Y una de las cosas que les quería contar es que, a partir del año pasado, se tragaron a tantas empresas pequeñas de semillas que no les queda más que comerse entre ellas. Se dedican al canibalismo corporativo. Entonces, por ejemplo, Syngenta se unió a la principal fábrica estatal de agrotóxicos en China, que se llama: ChemChina, que es la que fabrica el glifosato de todo el mundo, incluso el de Monsanto (lo fabrican en China y se lo venden a Monsanto, quien les agrega unas cosas más y le pone Roundup, Basta, Faena y todos los nombres que usa).  Bueno, esta se une con Syngenta. Monsanto trató de comprar Syngenta, porque Monsanto es la mayor empresa de semillas, y Syngenta la mayor de agrotóxicos; entonces quería ser el mayor imperio de semillas y agrotóxicos. Pero Syngenta prefirió fusionarse con ChemChina. Por lo tanto Monsanto tuvo que esperar, y ahora le ofreció a Bayer comprarle la división agrícola de Bayer, no la de los medicamentos. Pero Bayer le dijo: ‘No, yo lo que quiero es comprar todo Monsanto, así lo tengo todo dentro de una empresa gigante’. Y es lo que están discutiendo ahora. Y por otro lado, las otras dos, Du Pont y Dow, ya se fusionaron.

Entonces les dije que había 6 empresas que tenían, a grandes rasgos, entre las dos terceras partes y las tres cuartas partes de las semillas y los agrotóxicos. Pero resulta que ahora van a ser 3. Si estas empresas, por ejemplo como Monsanto, son capaces de producir un golpe de estado en Honduras, y después en Paraguay y, junto a otros intereses, ahora también en Brasil y en otros lugares, imagínense cuando esas empresas sean el doble de grandes. O sea, estas tres empresas que prácticamente van a dominar todo el sector semillas y agrotóxicos, que no sabemos como se van a llamar al final, no se van a quedarse en 3. Porque juntos, el sector de semillas y agrotóxicos, son más o menos la mitad del sector de fertilizantes y la tercera parte del sector de maquinaria. Entonces resulta que lo que va a pasar es que así como las de agrotóxicos se compraron a las semilleras, ahora las de maquinarias y fertilizantes se van a unir y se van a comer a todas las de agrotóxicos y semillas. Y lo que viene detrás de esto es que vamos a tener empresas de un tamaño tan grande que por supuesto superan a países enteros. Pero además, van a tener, ya no les llamemos poder de negociación sino un poder de presión, porque les van a ofrecer a los que entren a la agricultura industrial un paquete que va desde la semilla, el agrotóxicos, la maquinaria, y hasta los seguros agrícolas.

(…) O sea la agricultura industrial en Europa, en Estados Unidos, pero también en Brasil, Argentina y también aquí en Paraguay, se va a tratar de enormes, gigantescos consorcios de pocas empresas que van a manejar desde las semillas hasta los datos sobre el clima y los seguros agrícolas. Y son los que van a poner las condiciones para que los gobiernos les permitan actuar en todos los planos de la agricultura. (…) ¿Y qué pasa con la agricultura campesina? Bueno, o desaparece -que es lo que quisieran- o la van a tener que incorporar -que es lo que no nos vamos a dejar-.”

 

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*