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“El Movimiento Campesino es el movimiento social más fuerte”

>ENTREVISTA A MARIELLE PALAU, INVESTIGADORA PARAGUAYA

semillas

REDAF entrevistó a la socióloga Marielle Palau, perteneciente al colectivo BASE IS y una de las expositoras del encuentro ‘Alimento Sano, Pueblo Soberano’ realizado los días 24 y 25 de mayo en la capital paraguaya, Asunción. Se refirió a la etapa actual del movimiento campesino y su vinculación con los sectores rurales, además de reflejar los avances y resistencias que genera el modelo agroexportador en el país vecino.

Una de las instituciones organizadoras del encuentro sobre Soberanía Alimentaria y Feria de Semillas, que se realizó en el mes de mayo en Asunción, fue Base Investigaciones Sociales (BASE IS). Esta institución paraguaya es un centro de investigación y capacitación que históricamente trabaja en la temática agraria, y desde esa perspectiva se va vinculando con otras problemáticas que están intrínsecamente unidas: movimientos sociales y derechos humanos. BASE IS tiene tres áreas de intervención: Por un lado, investigaciones y estudios de la realidad paraguaya y su conexión con el contexto regional y mundial. Además, realiza capacitaciones a organizaciones en general. Por último, cuenta con un Observatorio de Tierra, Derechos Humanos y Agronegocios, que cumple la función de monitoreo de los conflictos rurales de comunidades indígenas y campesinas; la observación permanente genera información que es difundida para dar a conocer ‘la lucha de una comunidad’ con la intención de generar una ‘mínima protección’ y servir de puente hacia la agenda pública de las ciudades.

La socióloga Marielle Palau, integrante de BASE IS, fue una de las expositoras del encuentro denominado ‘Alimento Sano, Pueblo Soberano’. REDAF entrevistó a esta investigadora y activista quien, desde una crítica muy profunda al extractivismo en su conjunto, refleja de manera precisa principalmente al modelo que hoy más afecta al Paraguay: el agronegocio.

REDAF_ ¿En qué etapa está la lucha contra el modelo del agronegocio, teniendo como perspectiva la última década?

Pallau

Marielle Palau, disertando en el encuentro “Alimento sano, Pueblo soberano”.

MARIELLE PALAU_ La verdad es que hay una avanzada muy grande en el agronegocio. El 90% de la tierra paraguaya está en función a las commodities, y eso implica un avance sobre comunidades campesinas e indígenas que tiene diferentes estrategias. La primera fue ofrecer un precio de la tierra alto para que la gente lo venda. Algunos la vendieron, otros no. Los que se quedaron sufrieron la segunda ofensiva, más que nada aniquilar las condiciones de vida con fumigaciones que, además de ser malas, ni siquiera respetan la frágil legislación ambiental que hay. Entonces van acabando con las posibilidades de las huertas, de los cítricos, matando animales menores, etc. Una tercera estrategia que tiene que ver con ofrecer créditos a familias campesinas, y así dejan la tierra hipotecada; créditos para la producción que se saben no van a funcionar. Entonces vemos esa estrategia de expulsión y de saqueo de los territorios indígenas y campesinos.

Y en los últimos años, pensando más que nada en lo que fue hasta el golpe parlamentario en nuestro país, donde Paraguay tenía un solo transgénico aprobado, dos años después ya se habían aprobado 18 transgénicos. Eso evidencia mucho ese avance tan grande que hay. Y con este gobierno de Cartes, muy similar a Macri, casi igual a Macri -viene del negocio del fútbol y todo lo que eso implica-, abriendo las puertas del país para cualquier tipo de saqueo en general. Entonces uno ve una avanzada muy fuerte. Pero también uno encuentra una riqueza muy grande en las comunidades y en las organizaciones, donde hay avances en soberanía alimentaria que son muy importantes. Creo que la propuesta de soberanía alimentaria, que  rescata semillas y defensa del territorio, va calando cada vez más en  grupos campesinos que, de alguna manera, también estaban siguiendo un modelo muy tradicional. Hoy se dan cuenta lo que implica ese modelo y están adoptando prácticas distintas, los que no las aplicaban, y están siendo referentes algunos grupos que ya desde hace años venían practicando agroecología y comercialización directa. Así que bien en este proceso de resistencia, que es frágil, está fragmentado, es incipiente, pero que va dando pistas de que sí es posible salirse de esto.

R_ Cuando se observa desde Argentina a los movimientos campesinos de Paraguay queda la sensación de que tienen más fortaleza, más masividad, o más poder de resistencia. ¿Cómo ven ustedes este proceso?

­ M.P_  Sí, el movimiento campesino es el movimiento social más fuerte. Que tiene que ver con que, después de la caída de la dictadura de Stroessner en el 89, va agarrando una dinámica que va fortaleciéndose. La población paraguaya fue hasta hace poco tiempo más rural que urbana, lo cual también explica eso. Hay un acumulado histórico de resistencia del campesinado que es muy fuerte, y además los principales conflictos están en el campo. Es decir, es el territorio que está en disputa, y eso hace que los campesinos tengan más training de lucha en ese sentido. Por otro lado, también hay cada vez más luchas a nivel urbano, y un poco el desafío es hacer puente entre el campo y la ciudad. Donde creemos que eventos como los de hoy, como las ferias campesinas, van viendo que el agronegocio no es un problema de los campesinos o de los indígenas, sino que es un problema de todos, porque de eso depende la calidad del alimento que compramos. Es decir, muchas veces en las ciudades estamos pagando por envenenarnos, lo cual es un sinsentido absoluto. Se van tejiendo esos puentes, articulando lo urbano con lo rural en torno al tema campesino, que son los que lideran las grandes movilizaciones y las grandes articulaciones con diferentes organizaciones.

R_ ¿Cual es la precepción que tienen los sectores de extracción más urbana de Asunción con respecto a los sectores campesinos?

M.P._  Hay una  campaña de la prensa empresarial muy muy fuerte: ‘que el campesino es el haragán, el que vende su tierra, el que desforesta, el culpable de todos los males’. Y creo que es una cuestión que se ha ido revirtiendo fundamentalmente con esto, con que la población urbana vea la producción campesina, y vea que el alimento viene de ahí. Pero bueno, es parte de una lucha contrahegemónica de ir colocando otro discurso. Yo creo que se ha avanzado bastante en los últimos años. Hay como una mayor sensibilización, y hay como una mayor valoración de lo que es la producción campesina.

 

 

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