FUE UN ATAQUE A OTRA FORMA DE SER IGLESIA

El domingo 5 de noviembre, la localidad santiagueña de Forres amaneció con su templo violentado. Desconocidos rompieron la puerta de acceso de la parroquia San Isidro Labrador, prendieron fuego a distintos objetos y bienes, dañaron una computadora y destruyeron documentos. Tuvo que intervenir personal de bomberos y vecinos del lugar para que el fuego no se propague a todo el edificio. El cura párroco, Sergio Raffaelli, advertía que “no hubo faltante de objetos materiales ni dinero que estaba guardado, motivo por el que los investigadores descartaban que los delincuentes hubieran tenido intenciones de robo” (http://bit.ly/2yhAQCO).

Redaf entrevistó al Padre Sergio Raffaelli en relación al posible vínculo entre este hecho y el acompañamiento de la parroquia a las luchas campesinas.

 Redaf_ ¿En qué marco se da este hecho intimidatorio?

P. Sergio Raffaelli_ En concreto no sabemos por qué. Sí podemos sospechar. No creemos que sea un acto vandálico así nomás, una travesura de chicos. Si queremos buscarle una causa podría ser que en este último tiempo, desde la asunción de Mauricio Macri al gobierno, se nota un cierto aire de avance del empoderamiento de los empresarios. Hace un tiempo estaban un tanto sujetos a través de la paralización de muchas causas de desalojo, pero ahora muchas causas se han liberado y se han priorizado órdenes de juicios civiles que estaban parados. Las comunidades lógicamente se tienen que defender, tienen que resistir. Esto crea una cierta tensión con los empresarios, que no pueden hacer lo que quieren. Y en nuestras comunidades, en la zona donde estoy yo, hemos tenido dos casos concretos de resurgimiento de situaciones tensas. Uno podría sospechar que podría tener que ver con eso, pero tampoco puedo afirmarlo así, estrictamente, porque no tengo pruebas. Pero sí me da que pensar teniendo en cuenta que el tipo de ataque, la magnitud que tuvo esto, no es la travesura que suelen hacer los chicos de por aquí cuando hacen lío.

_ ¿Cómo reaccionaron las autoridades locales y provinciales?    

_ El intendente de Forres estuvo desde tempranito poniendo al servicio de la parroquia todo lo que tenga que ver con los empleados y la infraestructura de la municipalidad. En nuestra zona tenemos un diputado provincial que también se hizo presente, trayendo el apoyo del gobierno de la provincia y todo lo que necesitáramos. Yo soy el denunciante de la causa, así que la policía está teniéndome al tanto a cada momento. En eso no puedo reprochar nada, uno siente que hay al menos voluntad de que esto se aclare.

 _ ¿Cuales son los espacios de intervención que la parroquia tiene como para vincular el contexto de avanzada empresarial con el hecho ocurrido este domingo?

_ Son comunidades dentro del territorio parroquial, son comunidades campesinas que hace tiempo se vienen organizando en la defensa de sus territorios. Muchos de ellos son animadores de nuestras comunidades cristianas, rezadores, rezadoras, catequistas. Y uno como cura acompaña la vida de esas comunidades, uno de alguna manera se involucra también en acompañar la lucha y la causa de ellos. Esa es la relación que hay con nuestras comunidades, querer acompañar los procesos de lucha y de liberación de nuestras comunidades, y en esto uno está ahí, a la par de la gente.

_ En estos últimos meses, ¿se dieron otros casos de intimidación en la zona?  

_ Hace dos semanas, una de las comunidades que acompañamos ha recibido un oficio judicial donde se reabre un juicio civil y donde aparece una orden de desalojo. Hemos ido con los abogados de la comunidad a realizar talleres, a estar hasta el 14 de noviembre, que es cuando tienen que contestar. Entonces hay todo un movimiento en estos días a través de encuentros y reuniones en la comunidad, y quizás esas cosas pueden molestar. En estas dos semanas, las comunidades nuestras se están organizando para poder responder a esta demanda civil.

_ ¿Quisiera dejar alguna reflexión en relación a las comunidades campesinas, instituciones y organizaciones que defienden el derecho a la tierra?

_ El domingo fue el día del hecho. Esa mañana, al menos en la ciudad de Forres, había tristeza, dolor y enojo con el ataque. Que más allá de la edificación material, el templo en Forres tiene toda una historia de un modelo de Iglesia.

 

De hecho el Padre Giorgio Quaglia fue uno de los curas italianos que estuvieron aquí hace cuarenta años, y cuando se decidieron hacer este templo quisieron plasmar en una obra arquitectónica un determinado modelo de Iglesia. Entonces decíamos con la gente: el ataque no fue sólo a una obra de material sino que fue un ataque a un modelo de ser Iglesia.

Luego por la tarde-noche de ese domingo, que justo tenemos las celebraciones aquí, fue realmente una fiesta. Ver cómo la comunidad salió toda a la calle, a estar, a decir: ‘esto es nuestro, tenemos que seguir, aquí estamos de pie’. Ayer nos hemos reunido a la noche para organizar un poco la reparación de todo lo que se ha roto, y había como 300 personas, todos queriendo colaborar. A veces estas cosas uno cree que son un amedrentamiento, una amenaza para tener miedo, para que nos callemos, para que uno no haga más nada. Bueno, a veces resulta lo contrario.

Esta es la sensación que tengo yo, de que la comunidad de esto salió fortalecida, con ganas de seguir trabajando, seguir acompañando a las comunidades campesinas. Por lo visto, y me parece que por los tiempos que se vienen, la única manera de poder defender derechos es la organización comunitaria. Porque está visto que hay como una liberación para  que los poderosos avancen en este tiempo sin ningún tipo de miramiento.