La organización de mujeres trabajadoras rurales e indígenas de Paraguay, Conamuri, denunció en un comunicado emitido en la tarde del martes, el uso indiscriminado de agrotóxicos por parte de un productor sojero brasilero, de nombre Wilmar Dos Santos, que además de afectar la salud de la población campesina de los alrededores, destruyó totalmente varias parcelas de yerba mate cultivadas por diez familias campesinas.
Redacción Desinformémonos
Fuente: ANRed
“Se trata de plantas de yerba mate en estado silvestre, que han sido cuidadas y reproducidas por las familias de Ytororó desde hace más de 40 años y cuya cosecha de este año está definitivamente arruinada, lo que significa una pérdida millonaria para las agricultoras y los agricultores campesinos que viven de este rubro”, alerta el comunicado.
La localidad de Ytororó se encuentra en el distrito de Itakyry, en el departamento del Alto Paraná, situado al este de la Región Oriental de Paraguay. Los vecinos afectados organizaron la Comisión de Vecinos de Ytororó para defenderse del peligro que significa tener que lidiar con las plantaciones sojeras que los están arrinconando: el predio del sojero bordea el camino vecinal, está pegado a la escuela N° 3506“Gral. Patricio Escobar” y a una capilla que también oficia de centro de reunión de la comunidad.
Los campesinos organizados presentaron una denuncia ante la Regional de Alto Paraná del Servicio de Sanidad Vegetal y Semillas de Paraguay (Senave) el 13 de octubre pasado, en el que detallan otros dos hechos que entienden vinculados con la fumigación de agrotóxicos.
“Una niña de 12 años, alumna de la escuelita, falleció hace unos meses con síntomas razonablemente sospechosos de haber sido provocados por la exposición directa a los agroquímicos del soja. Igualmente toda su familia se vio afectada; el Sr. Marcelino Verón informó que otra de sus hijas menores de edad estuvo internada varios días en el hospital con el mismo cuadro que el de aquella de 12 años, con peor destino”, denuncia el comunicado de la Conamuri. También incluyeron en la denuncia la sistemática muerte de animales domésticos y de animales salvajes que se producen tras las fumigaciones.
La Conamuri exige que tanto el mencionado Senave como la Secretaría de Ambiente, el Ministerio de Salud y la Fiscalía de Delitos Ambientales se presente en la localidad para constatar la gravedad de la situación y el incumplimiento de las disposiciones ambientales paraguayas, que establecen una franja de protección de cien metros entre las plantaciones tratadas con plaguicidas agrícolas y todo asentamiento humano o espacio de reunión.
En el comunicado la Conamuri apela también a que “las instituciones públicas intervengan para exigir al ciudadano Wilmar Dos Santos a que se retire de nuestro país” y se solidariza “con las familias que ven impotentes cómo se destruye el hábitat que les rodea, cómo sus territorios son avasallados por el agronegocio asesino” y se comprometen“como organización de mujeres campesinas e indígenas a emprender juntas el camino de sus demandas”.