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Argentina: yendo al grano. Segundo Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados

Convocado por la Campaña Paren de Fumigar y con el apoyo de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), este 12 y 13 de septiembre se desarrolló en la ciudad de San Lorenzo (Santa Fe) el Segundo Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados; allí donde se ubica el Complejo Portuario San Lorenzo – Puerto General San Martín, lugar que para las organizaciones socioambientales representa “la versión emblemática de las vías del saqueo”.

Por Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik
Agencia de Noticias Biodiversidadla.

Desde allí se embarcan para la exportación cereales, aceites, combustibles y compuestos químicos; además, vías de ferrocarril provenientes del emprendimiento minero de Bajo de la Alumbrera, situado en la provincia argentina de Catamarca, llegan al puerto con el cobre obtenido en el otro extremo del país. De este complejo de muelles privados “sale el 40% del total exportado (…) en granos, subproductos oleaginosos y minerales…”, informaban las asambleas invitando a la participación. Si se necesitaban razones para pensar un encuentro de pueblos afectados por la fumigación de la industria agroexportadora, el lugar elegido no parece casual en palabras tan ciertas como contundentes de los grupos y colectivos que participaron de los debates: “Porque por San Lorenzo se nos van los suelos, se nos fueron los bosques desaparecidos, se van las montañas pulverizadas y envenenadas con ácidos, arsénico y cianuro”.[1]

Las agrupaciones reunidas en el “corazón del país extractivo”, en la declaración final del evento, destacaron como propio del proceso globalizador la devastación planetaria, el despoblamiento territorial, la desaparición de la vida rural y el sometimiento de los países a los mercados globales. En la Argentina, las políticas que generaron esta situación contarían además con el respaldo de científicos y funcionarios “ganados” durante su formación profesional para el ideario del progreso ilimitado.[2] En un comunicado paralelo, los movimientos dieron cuenta de “una ciudad ocupada por silos gigantescos, por acopios de agrotóxicos y de fertilizantes, imponentes plantas de biocombustibles, aceiteras (…) y permanentes caravanas de camiones” que circulan por las calles de los barrios. Los militantes y activistas que convivieron en la ciudad de San Lorenzo afirman que volverán a sus lugares de origen “tremendamente preocupados por la situación (…) de aguda contaminación, de impunidad y de violencia sobre la población” que encontraron, situación que resulta “inadmisible” aceptar.[3]

Las palabras de Norma Tenaglia, de la Asamblea Permanente por la Vida de San Lorenzo, grafican lo vivido el pasado fin de semana: “Lo que realmente sentimos el sábado y el domingo es que no estamos solos; lamentablemente, unidos por esta tragedia”. En la ciudad santafecina, los camiones cerealeros pasan frente a la viviendas de los vecinos y, antes de entrar a la plantas, arrojan las pastillas de fósforo de aluminio que utilizaron para fumigar la carga. “Si un niño toca esa pastilla se muere al instante por inhalación de fosfina”, explica Norma. Lo aberrante es que esto sea “permitido” por la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia y el gobierno municipal.

-¿Cómo estuvo el encuentro?, ¿a qué conclusiones pudieron arribar?

-Realmente muy bueno, desde las ponencias hasta la gran concurrencia de delegaciones de casi todas las provincias de la República Argentina. Hospedados en la ciudad de San Lorenzo, delegados, tuvimos 350, y acreditados, más de 700. También hubo ciudadanos del exterior (Bélgica, Corea, Paraguay, Haití, Suiza, Zambia, Alemania y Uruguay) interesados en este problema de la contaminación, porque a ellos les llegan los productos desde Argentina; querían ver como era el problema desde la ponencia del que lo vive. Con respecto a los puntos comunes que nos unen, es el afán (de las empresas) de ganar dinero en forma desmedida, sin importar lo que destruyan y contaminen. Encontramos un punto en común en las distintas regiones, que es el de tapar la historia, nuestras raíces. Aquí, justamente los silos que están ubicados en el centro gegráfico de la ciudad, de la cerealera ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas), están en un predio histórico, a 500 metros del Campo de la Gloria; en ese lugar se sepultaron los granaderos caídos en la batalla (Combate de San Lorenzo, 3 de febrero de 1813).

-¿Cuál es el trabajo que vienen haciendo ustedes desde la Asamblea Permanente por la Vida?

-Nos conectamos cuando se empieza a ver que nuestro barrio, que iba a ser el jardín de la ciudad, que iba a estar unido con el norte de San Lorenzo y con las demás localidades, es ocupado por la cerealera; esto se empieza a construir en 1997. Como teníamos conocimiento de que estaba pasando algo similar en Rosario, donde finalmente se radican 6 cerealeras, nos contactamos con los vecinos. A través de ellos empezamos a estudiar y contactar con médicos, toxicológos y genetistas que nos empiezan a informar de los problemas que traen estos agrotóxicos en el organismo, en el agua y en la tierra. Siempre peticionamos a las autoridades municipales, provinciales y hasta nacionales, diputados y senadores de todos los poderes. En el Poder Judicial se encuentra una respuesta lenta, casi nula. Se abren distintos caminos: el contacto con otros grupos; el contacto con científicos, que en el país son muchos y muy notorios; y la reunión y el contacto con el vecino. El tema de la difusión y educación en las escuelas se hace muy difícil. Imaginate que si el Ministerio de Educación permite hacer gimnasia en el predio de ACA, tienen prohibido que nosotros vayamos a dar charlas. Algunas escuelas sí lo han permitido. El Colegio de la Misericordia le permitió a un grupo de alumnas realizar un censo y diagramar el “mapa de la muerte”. Con la colaboración de estas alumnas tuvimos la exactitud de la cantidad de muertos y enfermedades de las que estamos rodeados los vecinos. El trabajo va a continuar, la Asamblea Permanente por la Vida de San Lorenzo va a seguir trabajando.

-¿Qué es lo que ocurre en el Complejo Portuario San Lorenzo?

– Se designó San Lorenzo (para el encuentro) por ser el embudo de la salida al mundo de estos productos contaminados transgénicos, de semillas contaminadas, y también teniendo en esta región el puerto de la minera Alumbrera, que viene desde la Cordillera, Catamarca. Acá hay una conjunción de todos esos puertos; se llegó a la conclusión de que hay problemas que se solucionan en forma inmediata, tienen solución ya, como ser la erradicación de esta cerealera, ACA, que ya explotó el 26 de abril de 2002 y nunca asumió los daños. Lo que se ha hecho con los vecinos que reclaman es procesarlos, amenazarlos, castigarlos, enjuiciarlos, o sea, ha ido dilatando todo en el tiempo para no asumir la responsabilidad del daño espantoso causado, la mayor tragedia de la región con cerealeras. ¿Por qué pueden hacerlo en forma inmediata? Porque tienen el dinero, porque tienen terreno hace más de 3 años a 10 km del radio urbano, donde no correríamos, nosotros los vecinos, el riesgo a una nueva explosión, al estar viviendo al lado de explosivos como es el nitrato de amonio que usan para hacer el fertilizante. Otra solución que hay que tomar en forma inmediata, es que los niños de todos los colegios primarios de San Lorenzo están haciendo sus horas cátedra de gimnasia en el predio de la cerealera, al lado de los silos, debajo del polvillo envenenado que les cae. Esto es así porque se ampara desde el poder político diciendo “esto es sano, esto no contamina”; esto está amparado por todos los gobernantes de la provincia a lo largo de estos últimos 15 años.

-¿La gente tiene conciencia de los peligros que se corren en la zona?

La gente tiene conciencia y tiene distintas formas de reaccionar. Está la persona que habla, que se anima a hablar; está la persona que tiene conciencia y el miedo la paraliza; y está la persona que quiere hacer e intenta reaccionar, conectarse, tener presencia, y bueno, le pegan, le amenazan la familia, los procesan y los callan. Los aterrorizan y el miedo también los paraliza. Conciencia en general hay, y la hay cada vez más, pero las formas de reaccionar lamentablemente son hasta ahora distintas, y entonces nos encontramos con que la presencia social es cada vez más, pero es muy lerdo el despertar. En estos últimos dos años ha crecido muchísimo; se ha logrado este segundo encuentro, y que sea en San Lorenzo, dos años atrás era impensable.

-¿Es común encontrar gente que tenga a sus familiares o amigos trabajando en la zona del puerto?, ¿esto impide que reaccionen diferente?

-Sí, eso incide; quizás, incidía más antes. Hemos tenido asambleas donde de pronto pide la palabra un señor y nos dice: “Bueno, yo les quiero contar que soy un empleado portuario, y que gracias a lo que ustedes vienen difundiendo desde hace años -por supuesto, primero éramos los locos- hoy les puedo decir que llegó un encargado y nos dijo ‘ahora tienen que usar esta máscara, tienen que comenzar a usar estos guantes, no tienen que llevar la ropa de trabajo a sus casas, la vamos a lavar aquí y la pueden retirar de tal lado'”. Este señor, que también se animó a romper el silencio, dijo: “Yo vengo a agradecerles, porque hace veinte años que trabajo en el mismo lugar y hace diecinueve que me estoy envenenando”. Dio también testimonio, una mamá cuyo hijo (Ramiro) falleció a los veintitres años sepultado en una celda de cereal, porque a los más jóvenes, a los que les falta experiencia, los mandan a hacer cualquier cosa. A este chico lo habían mandado a golpear el cereal que había quedado apelmazado en el techo de un silo, a golpearlo con un palo desde abajo, entonces ellos quedaron sepultados en ese cereal; Ramiro murió asfixiado, los otros dos chicos estaban quebrados y lesionados.

-¿Existe el miedo a perder el trabajo?

-En cuanto a perder las fuentes de trabajo, es totalmente mentira. Por ejemplo, la cerealera ACA, tiene un predio comprado que es diez veces más grande, a 10 km del radio urbano. Si lo compraron diez veces más grande es porque piensan ampliarse diez veces más. No va a haber menos operarios, habrá más en todo caso; nunca se pierden las fuentes de trabajo si realmente lo hacés cuidando la vida. Si San Lorenzo tuviera su costanera y su protección a las barrancas, tendríamos miles de fuentes de trabajo, y en la cerealera hay 30 puestos efectivos a costa de tanta muerte y tanta enfermedad. Una costanera representa miles de puestos de trabajo, porque tendríamos restaurantes, bares, gente que podría hacer actividad náutica, aparte de que no se nos siga fumigando debajo de nuestros dormitorios. Son demasiadas las vidas que se arriesgan por treinta puestos de trabajo, pero ni por mil puestos; de todas formas, la pérdida de fuentes de trabajo es con lo que nos han querido atemorizar y callar todos estos años.

Notas:

[1] Campaña Paren de Fumigar y Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). “¡El 12 y 13 de septiembre, todos a San Lorenzo!”, 7 septiembre 2009. (aquí)

[2] Campaña Paren de fumigar y Unión de Asambleas Ciudadanas. “Declaración de San Lorenzo”, 13 septiembre 2009. (aquí)

[3] Campaña Paren de fumigar y Unión de Asambleas Ciudadanas. “Comunicado”, 13 septiembre 2009. (aquí)

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