Los ministros de medio ambiente se reunieron el pasado día 20 de octubre en Luxemburgo, para analizar y debatir sobre la propuesta del grupo Ad-Hoc establecido por la presidencia francesa para revisar el proceso europeo de aprobación de transgénicos. Los representantes de los estados miembros en este grupo de trabajo se han reunido en tres ocasiones para preparar la reunión de hoy. Se trata de una discusión crucial para el futuro del sistema europeo de evaluación y aprobación de cultivos transgénicos. La decisión final será adoptada durante el consejo de medio ambiente del próximo 4 de diciembre.
Fuente: Fundación Ecología y Desarrollo (España)
“La UE se ha contagiado de la visión anticientífica de empresas como Monsanto sobre los transgénicos”,- ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace.- “Si la UE es incapaz de predecir los efectos a largo plazo de estos peligrosos cultivos, los ministros tienen hoy la obligación de actuar para proteger nuestro futuro”.
El sistema actual de autorización de transgénicos ignora los efectos a largo plazo de los transgénicos, las evidencias sobre los daños a la biodiversidad, las opiniones científicas contrarias a los OMG y las preocupaciones de determinados estados miembros. Tampoco considera la pérdida de variedades y de sabiduría agrícola ni los efectos de la contaminación.
En nuestro país, el Gobierno permite que se sigan cultivando unas 75.000 hectáreas de maíz transgénico, las cuales entran masivamente en la cadena alimentaria sin nigún control ni transparencia. Además permite variedades que se han prohibido en la mayor parte de los estados productores de maíz de la UE por razones sanitarias o ambientales.
En recientes declaraciones, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, declaró: “Los transgénicos son seguros. Yo me los comería tranquilamente”. Greenpeace reitera que existe un amplio consenso científico que demuestra precisamente lo contrario. Numerosas evidencias describen los impactos sobre la salud reales o potenciales de maíces de Monsanto como el MON 863 (que España importa) o el MON 810 (que España importa y cultiva) o la patata “Amflora” de BASF. La misma ministra también ha afirmado: “En el campo de los transgénicos hay suficientes garantías científicas como para poder darle al ciudadano la capacidad para poder elegir”.
Nunca antes habían existido tantas incertidumbres científicas. De hecho, los principales productores de maíz de la UE han prohibido el cultivo de transgénicos debido a los abundantes estudios que prueban los efectos perniciosos sobre el medio ambiente y la salud. De hecho, el sistema Europeo de aprobación y seguimiento de transgénicos está más que nunca en entredicho y está siendo revisado. Además, es importante recordar que los perjuicios de los OMG no se limitan a los daños sobre la salud sino que se trata de afecciones graves al medio ambiente, a la economía y a la justicia social.
“Dadas las graves crisis mundiales a las que se enfrenta el Mundo entorno al clima y a los alimentos, los ministros de medio ambiente deben hoy en Luxemburgo proteger a Europa de distracciones peligrosas como los transgénicos, y centrarse en soluciones reales y sostenibles”, ha añadido Carrasco. Se necesitan técnicas modernas de agricultura sostenible y ecológica que garanticen producción suficiente, no provoquen más cambio climático, no destruyan los recursos naturales y garanticen la soberanía alimentaria.
Greenpeace pide a los ministros que:
- Los efectos a largo plazo sobre el medio ambiente y los impactos sobre la salud sean considerados en el proceso de autorización, y la evaluación de riesgos de la EFSA (Autoridad Europa de Seguridad Alimentaria) sea suspendida mientras esto no se dé.
- La evaluación de riesgos sea llevada a cabo por organismos independientes que tengan la suficiente experiencia e información. Así mismo, deben implicarse a científicos expertos en medio ambiente y en ecología.
- Se pongan en marcha medidas que eviten la contaminación de las semillas.
- Se garantice que han sido perfectamente evaluados los efectos del empleo de herbicidas en conjunción con cultivos tolerantes a herbicida.
- Se tomen en cuenta los efectos socio-económicos de los transgénicos durante el proceso de aprobación.
- Se otorgue a los estados y a las autoridades locales el derecho a establecer zonas libres de transgénicos.
Fuente: Greenpeace 20/10/2008