El diputado nacional Miguel Bonasso sostuvo ayer que el país “necesita una reforma agraria”. Lo hizo al referirse al conflicto con el campo, durante la disertación que realizó en la sala Mecano de la Casa de la Cultura , en la que se refirió a la ley de bosques sobre todo.
Fuente: Nuevo Diario Salta
Toda la intervención del legislador estuvo marcada por la vinculación entre los desmontes, el avance de la frontera agropecuaria (la mayor parte para la siembra de la soja) y el conflicto con el campo. Bonasso inició su disertación memorando las palabras del vocero de la Comunidad Wichi Carboncito (en Embarcación), José Molina, quien en visita al Congreso para pedir que cesen los desmontes lloró al contar que las topadoras habían destrozado su cementerio.
“Eso sí que era para batir cacerolas”, afirmó el periodista y escritor. Un poco antes, en declaraciones a los periodistas, el diputado había mencionado la situación de los campesinos sin tierra. En la disertación, más bien una conversación con los asistentes, volvió sobre el tema: destacó que estos campesinos “no tienen ninguna renta que defender”.
“Hay un campo visible y hay otro campo que es invisible, el de los sin tierra es invisible”, sostuvo en otro tramo. Más adelante volvió: ” La Argentina necesita una reforma agraria”, aseguró. Explicó que la riqueza de muchos pueblos “es la causa fundamental de la pobreza”, debido a la concentración de la riqueza.
“La fiebre de la soja es un síntoma de una enfermedad, el país está enfermo de sojización”, afirmó. Al principio había destacado que cuando se inició la discusión de la ley de presupuestos mínimos de protección de bosques nativos nadie hablaba de la soja. Recordó también que este proyecto se originó en el conflicto suscitado tras la decisión del ex gobernador Juan Carlos Romero de vender 25 mil hectáreas de tierras fiscales en General Pizarro.
Participación
Ya sobre la ley de bosques, Bonasso basó su charla en un informe previo que presentó un representante de la Fundación Asociana , Andrés Leake.
Y coincidió con él en que se debe asegurar la participación de las comunidades indígenas.Leake hizo un repaso por la situación de los desmontes en los departamentos de Anta, San Martín y Rivadavia, que aumentaron considerablemente luego de que se iniciara la discusión de la ley de bosques, pero basó su exposición en el departamento San Martín, “al que le quedan pocos bosques nativos” porque “es impresionante la velocidad” en que se llevan a cabo los desmontes.
Por este motivo, en opinión de Leake “el ordenamiento territorial en San Martín es contrarreloj”. Añadió que la situación de precariedad física y financiera de las comunidades aborígenes las limitan en su participación en el ordenamiento territorial.
“Hay un enorme reto, asegurar la participación de las comunidades”, afirmó antes de aseverar que actualmente no se están dando las condiciones para esta participación.