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Se inauguró la primera Sala Comunitaria de extracción de miel del Oeste cordobés

Sala

Es un aporte institucional de la Facultad de Ciencias Agropecuarias UNC , la SADyS y REDAF, que permitirá el fortalecimiento local de los ingresos prediales de numerosas familias de pequeños productores de la zona de Chancaní, El Caldillo, El Quemado, El Bañado, Los Médanos y La Patria; – lugareños que basan su economía en la cría de ganado para la venta y autoconsumo y la venta de leña y carbón, con bajo valor agregado -; estructura que se sumó a los resultados de la puesta en marcha del proyecto “Uso y manejo no maderero del recurso forestal para la gestión integral de ecosistemas de zonas áridas”.

El martes 11 de agosto, con la presencia del vicedecano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias Ing. Agr. (MSc) Jorge Francisco Cosiansi, el Ing. Agr. Rubén O. Coirini –docente de la cátedra de Manejo de Agrosistemas Marginales y secretario de la Red Agroforestal Chaco Argentina, REDAF-  acompañados también por la Ing. Agr. Cristina Résico de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación  y productores de la zona, en un sencillo acto de inauguración, se puso en marcha la nueva sala de extracción de miel -dotada con todos los requisitos de sanidad para el funcionamiento de la misma-, ubicada  en el predio del Centro de Capacitación Integral para la Gestión de Zonas Áridas (CCIGZA).

“Para inaugurar la sala, aprovechamos el dictado del último módulo del curso de apicultura, que tenía como tema el manejo de la cosecha y post cosecha”,  señaló el Técnico Responsable, Ing. Agr. Rubén O. Coirini y agregó: “El proyecto tuvo como objetivo general: “fomentar y promover el uso sustentable de los recursos forestales no madereros, ampliando la diversificación de las actividades productivas, en ecosistemas de zonas áridas del Oeste Cordobés”.

La puesta en marcha significó “la capacitación de la población participante sobre técnicas de recuperación de ambientes degradados en Talleres y prácticas a campo en los sitios demostradores”.  Además, “se construyeron parcelas demostrativas en campos de productores, llevando a la práctica distintos arreglos silvopastoriles con reforestación y enriquecimiento con especies nativas”.

A fin de asegurar la continuidad del programa de trabajo, “se construyó un vivero de especies nativas – para la obtención de plantines de especies promisorias- con protección en el predio del CCIGZA, ubicado en la localidad de Chancaní, lo que asegurará la continuidad del proyecto”.

La asociatividad apícola como camino de sustentabilidad

“Para incentivar el agrupamiento de los productores para la extracción, fraccionamiento y comercialización de los productos apícolas se formaron dos grupos con los participantes del curso según la procedencia de los mismos, ya que ocho pertenecen a la zona aledaña a Chancaní y cuatro a la zona de La Patria, distante unos 17 kilómetros. Cada uno de los grupos tiene a su cargo el manejo de un apiario. En el caso del grupo de La Patria, el apiario consta de 15 colmenas ubicadas en el campo de Nicolás Oviedo, donde ya se realizaron las siguientes tareas: Limpieza de la zona del apiario, construcción de catres, instalación de las colmenas, traspaso de núcleos y alimentación estratégica de los mismos”.

“El apiario Chancaní, ubicado en el campo de Emanuel Nieva, cuenta con 35 colmenas, donde ya se realizaron las mismas tareas”.

Un proyecto con sentido de pertenencia

“Para consolidar los grupos apícolas las colmenas no se entregaron a título personal sino que cada uno de los grupos es responsable de su apiario y la miel y subproductos obtenidos será divisible por cada uno de sus componentes. De esta forma se trata de inculcar el trabajo en grupo ya que el mismo tendrá el manejo de la sala de extracción y posterior comercialización de los productos.

Los recursos al alance de todos
El proyecto entregó el siguiente material a los grupos:

  • 50 cámaras de cría con su correspondiente piso, entretapa y techo.
  • 50 núcleos de abejas.
  • 1 ahumador y dos pinzas/palanca por grupo.
  • Dos buzos con su correspondiente mascara, sombrero y guantes por grupo.
  • Herramientas necesarias para el acondicionamiento del material como pinzas, Martillo, tensador de alambre, etc. que se encuentra disponible en el Centro de Capacitación. Como así también los insumos necesarios, alambre, cera estampada, etc.
  • Para la campaña del corriente año se entregaran 100 medias alzas con cuadros y cera estampada para la cosecha de miel y material para ampliación de los Apiarios

Geográficamente

El proyecto se desarrolló en la Pedanía de Chancaní, Departamento de Pocho, Provincia de Córdoba, Argentina, entre los 31º16’ y 31º31´ de Latitud Sur y los 65º25’ y 65º46´ de longitud Oeste, abarcando una superficie de aproximadamente 80.000 hectáreas, representativa de la región del Chaco Árido de Córdoba. Dentro de la superficie citada se encuentra el Parque y Reserva Natural Chancaní que posee unas 5.000 hectáreas conteniendo relictos de bosque Chaqueño en buen estado de conservación y otros ambientes característicos de la región. La localidad de Chancaní se encuentra distante 70 km. de la Ciudad de Villa Dolores, centro urbano con una población de 40.000 habitantes. Circundante a Chancaní existen numerosos predios de pequeños productores rurales, con bosque en distintos grados de deterioro, que utilizan los recursos naturales disponibles para la satisfacción de sus necesidades básicas.

Indicadores Sociales y Económicos

Según relevamientos recientes el 40% de la población del área se encuentra con Necesidades Básicas Insatisfechas. En el nivel de Ingresos, se aprecia un alto porcentaje en el rango hasta $ 2500/mes. En cuanto al nivel de instrucción, el departamento de Pocho presenta una tasa de analfabetismo del 4.05% y la pedanía de Chancaní de 4.3%.

Los problemas sanitarios son debido a la exigua distribución y utilización del agua, falta de medios para eliminar excretas, y la escasa educación. La ganadería caprina ha aumentado su participación debido a su adaptación a las condiciones climáticas adversas, la mayoría de los productores tienen  entre 50 y 100 cabezas, con altas cargas permanentes,  lo que ocasiona sobrepastoreo. Sobre la ganadería bovina, hay una lenta recuperación del stock perdido por la sequía de la última década que obligó a vender los animales por falta de pasturas.

Acerca de la comercialización el 50% vende a carnicerías, el 20% a mercados cercanos y el 30% lo destina a autoconsumo.

Indicadores productivos y/o ambientales

El manejo de las actividades productivas tradicionales utilizadas en el área, no están adaptados a la realidad ambiental. Esto produce una creciente destrucción de los recursos naturales, en especial de los forestales y forrajeros, debido al sobrepastoreo. Así, llegamos a que en la actualidad se trabaje con niveles de productividad de 10 kg de carne por hectárea, muy inferiores a la potencialidad del área que se encuentra en 37 kg/ha. A esto se suman la oscilación de precios y la baja rentabilidad de las pequeñas y medianas explotaciones, la falta de planes de manejo sustentable del monte y las presiones de las necesidades sociales. Así la zona se convierte en expulsora de la población, produciendo migraciones en especial de la población económicamente activa hacia los centros urbanos de mayor importancia. La población restante de la región continúa con las actividades productivas tradicionales, aumentando la degradación.

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