Oscar ‘Cacho’ Palaoro. Un tipo cercano, simpático, campechano. Apasionado con sus afectos y convicciones.
En estas últimas horas, luego de que la noticia de su fallecimiento se desparramara por los más diversos rincones, surgieron cientos de palabras que intentan definirlo: “ese flaco alto que solía no guardar las formas”; “me hacía reír”; “la alegría que siempre transmitió”; “monseñor Palaoro”; “entrañable”; “compañero”; “comprometido con quienes tienen quebrados sus derechos”; “de gran conocimiento”; “de carácter fuerte”; “le afloraba la tanada”; “hombre de la causa de los Pueblos Indígenas”; “maestro”; “un gran compinche”; “son esas personas que dejan huellas”.
Cacho apagó su luz en esta tierra este lunes 27 de abril, a las 19.30 hs. Lo hizo en el mismo lugar donde nació, Las Breñas (Chaco), un 16 de agosto de 1953. En el medio de estos dos acontecimientos realizó infinidad de tareas. Algunas en pos de su desarrollo profesional, pero sobre todo hermanándose con las causas justas y la defensa de los más humildes.
Cursó su primer año de secundaria en el Seminario Diocesano de Resistencia; a partir del segundo año fue alumno del Colegio Salesiano Don Bosco de la misma ciudad. En esa institución se recibió de Bachiller. Tuvo un paso traumático por la Facultad de Sociología de la UBA, carrera que abandonó por conflictos violentos y cierre de la alta casa de estudios. Luego ingresó a Ingeniería Agronómica, en la UNNE, donde se recibió. En esos años fue cofundador del Grupo Juvenil “Vientompopa”, en la Parroquia de Las Breñas. Allí se generaron muchas acciones sociales en los barrios humildes del pueblo.
Aún continúan llegando las palabras, como ecos de su transitar: “nos deja su Luz”; “un tipazo”; “esas personas indispensables”; “generoso como profesional”; “un técnico de muy buen nivel”; “se hacía fácil trabajar con él”; “calidez humana y sencillez”; “sonrisa perenne”; “la palmada en el hombro”; “el saludo afectuoso”; “su buen humor”; “deja un camino, un legado a seguir”.
En los primeros años de su profesión instaló un negocio de venta de semillas y agroquímicos en su pueblo natal, ejerciendo el papel de asesor de agricultores de la zona. Luego fue contratado como Técnico de INCUPO. Allí, entre otras responsabilidades, asumió la Coordinación del Área Aborigen.
Ejerció un papel fundamental en APCD. Fue su primer presidente, en el año 1986, cuando comenzaba este proyecto. Además de ser socio fundador de esta institución, realizó tareas de acompañante técnico, fue socio permanente y coordinador en Las Lomitas de un equipo interinstitucional (APCD e INCUPO).
Luego, en el Programa Social Agropecuario ejerció como coordinador y articulador de varios proyectos. También se desempeñó en el Pro-Huerta. Finalmente, en el año 2005, ingresó al INTA, donde permaneció por 15 años. La muerte lo sorprendió iniciando sus trámites jubilatorios.
Desde la Red Agroforestal Chaco Argentina queremos recordar de esta manera a nuestro querido socio particular y miembro de la Comisión Directiva.
Cacho está en Dios… dentro de unos días… cuando esté ahí firme, nos acompañará… QEPD.
Tuve el gusto de conocerlo (Chaco: así decime) y trabajar por una semana en Chiquimula, Guatemala, un gran tipo, humilde y sencillo, que descanse en paz y donde esté que disfrute de un buen mate, mi.mas sentido pésame a su familia y amigos.