Del 3 al 7 de agosto se realizó el II Encuentro Interprovincial de Mujeres Originarias, organizado por el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar) y la organización QOMLASHEROLQA. Diferentes talleres y debates se centraron sobre los derechos de las mujeres, las herramientas jurídicas para defenderse y un espacio de capacitación en informática a cargo de la Asociación Civil NODO TAU , y en radio junto al Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO). enREDando dialogó con organizadoras y mujeres pertenecientes a distintas comunidades del país.
Fuente: Portal Enredando.org
“Estamos recibiendo una capacitación sobre género y derechos humanos de la mujer. En nuestra cultura, la de nuestros abuelos esto no se veía, por eso trabajamos mucho en la parte de discriminación. Hemos sufrido un cambio brusco en nuestro país y tenemos que usar estos nuevos términos. Hoy cada persona va perdiendo su cultura, dejando de lado esos grandes valores. La discriminación se manifiesta en todos los ámbitos. Cuando defendemos el derecho de la mujer, no solo nos referimos a las mujeres luchadoras indígenas. Queremos el derecho a la no violencia hacia todas las mujeres”, expresa Ana María Pereyra, integrante de la comunidad toba de Rosario.
Ella fue una de las más de 20 mujeres originarias que participaron del segundo encuentro interprovincial convocado por el INSGENAR, en Rosario. El objetivo sigue siendo capacitar y brindar herramientas jurídicas para la defensa de los derechos humanos. Por ello, las intensas jornadas giraron en torno a talleres sobre salud sexual y reproductiva, legislación, violencia, discriminación y además, una capacitación en informática, televisión y radio.
“Estos espacios nos sirven porque en nuestras comunidades hay hermanas y hermanos que no saben a qué ámbito recurrir cuando hay un caso de violencia familiar o qué elementos utilizar para enfrentar estas situaciones. Nosotras como mujeres vamos a llevar a nuestras comunidades este valioso material, para conocer cuales son nuestros derechos y cómo defendernos”, agrega Ana María.
Susana Morales es oriunda de la provincia del Chaco. Al igual que Ana María, revaloriza el espacio y la posibilidad de conocer otras experiencias e historias similares. “A nosotras nos viene bien porque estamos en una provincia donde hay mucha violencia y discriminación. Estamos muy mal con el tema del agua, con el mal de Chagas y los chicos desnutridos. Antes no sabíamos como empezar si quiera a tener una base, y esta capacitación nos viene de 10”.
La participación en los talleres era variada. Había quienes alzaban sus voces para contar experiencias de discriminación constante, como por ejemplo, las que viven cotidianamente en la atención de la salud. Otras, más calladas, atinaban a apuntar en sus hojas, a escuchar con atención esas historias tan iguales a las suyas. Para quienes coordinaban los talleres, el aprendizaje fue, incluso, mayor. Compartir las vivencias supone encontrar otras maneras prácticas de dar cuenta de aquellas teorías, leyes y documentos que se encuentran con la dura realidad de quien padece la violencia hacia la mujer.
Objetivos
“Hay mujeres wichis, de la comunidad qom, mujeres de Vía Pilagá de Misiones, guaraníes, collas, mocovíes, de la comunidad de Salta, aymará, Jujuy y una hermana del pueblo originario warpe, de Mendoza. El encuentro tiene como objetivo poder trabajar con ellas temas que tienen que ver con los derechos humanos, sobretodo brindarles herramientas para poderse defender cotidianamente, herramientas a nivel internacional, convenios como el 169 de la OIT, la CEDAW de Naciones Unidas que trata específicamente el tema de discriminación hacia las mujeres y la Convención de Belem Do Pará que nos protege con respecto al tema de violencia. Además herramientas a nivel nacional, que tiene que ver con legislaciones en las distintas provincias. La idea es que ellas, poco a poco, puedan apropiarse de esto. Para muchas es algo nuevo y para otras no, porque son mujeres dirigentas”, explica a enREDando Marcela, coordinadora del Encuentro.
Otro de los aspectos que incluyó este segundo encuentro, fue la capacitación en el uso de las nuevas tecnologías. Con el fin de comenzar a acercar herramientas como la búsqueda en Internet, el uso del correo electrónico, el manejo frente a una cámara de televisión o un micrófono de radio, el Insegnar articuló los talleres con organizaciones sociales que trabajan en el área, entre ellas la Asociación Civil NODO TAU y el Foro Argentino de Radios Comunitarias, FARCO, las que al mismo tiempo, comparten junto al Insgenar, la gran casa de calle Tucumán 3950.
“Nuestro enfoque es un enfoque de género”, amplía Marcela. Es en este marco, como se trabajó durante toda la jornada. “Queríamos también poder darle herramientas para la llegada a los medios de comunicación, ya sea radio o televisión. Fueron momentos breves y una intenta brindar muchas cosas. Por un lado se intentó brindar conocimientos para que puedan acceder a Internet, que puedan crear un correo electrónico y eso se hizo gracias a la articulación con NODO TAU. También, hemos tratado de poner en práctica o ponerlas a ellas frente a una cámara y que respondan preguntas, fue como un espacio de práctica televisiva. Y lo otro es una práctica de radio, junto a la gente de FARCO”.
Aprendizajes
“Lo que me hacen sentir ellas es que están muy contentas del espacio que se les habilita. Uno de los criterios principales que nos propusimos fue escucharlas, esto es fundamental. Y de alguna manera, nos hacen sentir que se sienten escuchadas. Es también un espacio para encontrarse, para que se pongan en contacto con las experiencias de otras compañeras y de esa manera también conseguir estrategias para seguir adelante”, cuenta Marcela.
Beatriz es también, integrante del Insgenar y una de las coordinadoras de los talleres. Ante la misma pregunta sobre los aprendizajes y balances de cada encuentro, no duda en resaltar esta posibilidad de aprender a partir de la escucha y el testimonio, como si las historias que cada mujer acerca desde su territorio fueran vitales para nutrir las letras jurídicas de las leyes, tratados y convenciones.
“Ser mujer e indígena y en muchos casos pobres implica una triple discriminación”, agrega Marcela. En los primeros días se trabajó sobre el tema. ¿Qué es para ellas ser discriminadas? fue la pregunta disparadora del taller. Y lo que nos cuenta Marcela, todavía emocionada por las respuestas, fue la contundencia de cada definición. “Salieron muy de adentro, de la vivencia. En el taller nos pareció que no podíamos poner un cartel con una definición de lo que es la discriminación, porque nadie mejor que ellas para explicarlo. En ellas, la discriminación es histórica.”
“Es un castigo de la humanidad”, dijeron, al intentar definir en pocas palabras lo que significa para las mujeres originarias ser discriminadas.