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Paraguay: Ambientalistas urgen pausa ecológica para “sueño chaqueño”

La ganadería extensiva en el noroeste de Paraguay es la principal causa de la deforestación que sufre el Gan Chaco Americano, una de las regiones de mayor diversidad biológica del mundo y la segunda área boscosa más grande del continente, después de la Amazonia.

Por Natalia Ruíz Díaz
Fuente: Tierramerica / IPS

La no gubernamental Asociación Guyra Paraguay denunció ante la Secretaría del Ambiente (SEAM) que el año pasado se deforestaron 267.000 hectáreas, 17 por ciento más que en 2008, sólo en los norteños departamentos de Boquerón y Alto Paraguay que, junto a Presidente Hayes, conforman la región Occidental.

El estudio agrega que en el primer trimestre de este año desaparecieron 18.000 hectáreas de bosques de ese rico ecosistema ubicado en el centro de América del Sur, 80 por ciento de ellas en territorio paraguayo, lo cual muestra el crecimiento de la tala y la responsabilidad de este país en ella.

El Gran Chaco Americano abarca más de un millón de kilómetros cuadrados, 25 por ciento en Paraguay, 62 por ciento en Argentina, 12 por ciento en Bolivia y el restante uno por ciento en Brasil.

Eladio García, director de Fiscalización Ambiental Integrada de la SEAM, admitió a Tierramérica que el control gubernamental se dificulta por la falta de recursos.

“Existe una falta total de conciencia para el respeto hacia los recursos naturales”, dijo García, y resaltó el incumplimiento privado de los planes de manejo para el cambio de uso del suelo, establecidos en la legislación ambiental del país.

La Ley Forestal (422/73), que regula el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales renovables, establece que se debe mantener 50 por ciento de bosques en las fincas que contienen zonas de reserva y 25 por ciento en las que no tienen.

La asociación Pojoaju, que reúne a 51 organizaciones no gubernamentales y 11 redes temáticas, urgió a comienzos de este mes a fijar una “pausa ecológica” a la tala para establecer un punto de equilibrio entre la producción y la preservación.

El argumento del reclamo es que “los terratenientes y las empresas agroexportadoras están deforestando zonas del Chaco para transformar el suelo en favor de la actividad productiva ganadera y para cultivar soja transgénica”.

“Se lleva a cabo un proceso de cuadriculación del Chaco, un sistema que ya arrasó con los recursos naturales en la región Oriental” paraguaya, señaló a Tierramérica el experto Víctor Benítez, de la organización Alter Vida. Los productores en este proceso no toman en cuenta la ubicación de las áreas frágiles de biodiversidad, las zonas protegidas ni el hábitat de grupos indígenas no contactados, agregó.

Según datos de la SEAM, hoy apenas queda un millón de las 3,5 millones de hectáreas de bosques que existían en la década del 70 en la región Oriental, que abarca 14 de los 17 departamentos del país y donde reside 97 por ciento de los 6,2 millones de paraguayos.

“Aún no se plantea una ley de deforestación cero, sino que el Estado, a través de las instituciones que lo representan, declare una pausa ecológica”, explicó Benítez, aunque no especificó el tiempo que ésta debería durar.

En 2004 se sancionó la ley 2524 que prohibía las actividades de transformación y conversión de superficies con cobertura de bosques en la región Oriental, con vigencia hasta 2006 y luego prorrogada hasta 2013.

Con esta herramienta se logró reducir la tala en 85 por ciento en esa zona, pero empujó la avanzada agropecuaria hacia la región chaqueña, como parte del sueño de desarrollo de esa zona.

La fiscalización de la SEAM comprobó que la mayoría de los propietarios de establecimientos rurales deforestadores son brasileños y se encuentran en territorios ancestrales indígenas, en el extremo norte del Chaco.

Benítez entiende que se debe instalar una mesa de diálogo con los ganaderos y las instituciones que acompañan las reivindicaciones socio-ambientales y culturales de las comunidades aborígenes.

Alrededor de 51 por ciento de la población indígena nacional, unas 108.000 personas, habitan la región Occidental o Chaco, que abarca 60 por ciento de los 406.752 kilómetros cuadrados del territorio paraguayo.

La etnia ayoreo es una de las más importantes del Gran Chaco Americano con unas 5.600 personas, 2.600 en Paraguay y el resto en Bolivia.

El informe “Paraguay: El caso ayoreo”, elaborado por la organización Iniciativa Amotocodie y la Unión de Nativos Ayoreo de Paraguay, presentado en 2009, indica que un centenar de estos indígenas aún viven en los bosques chaqueños, sin contacto con el resto de la sociedad paraguaya.

“En el Chaco existen zonas que son netamente ganaderas en contra de las cuales no hay objeción alguna, por eso clamamos por el cese del cambio de uso de la tierra en zona indígena”, puntualizó Benítez.

El Censo Agropecuario de 2008 indicó que en la región Occidental había entonces alrededor de 3,9 millones vacunos, 37 por ciento del total de la producción agropecuaria nacional.

Para los ambientalistas, la responsabilidad de salvar el Chaco paraguayo yace en las autoridades y en el compromiso que adopte la ciudadanía.

* Este artículo fue publicado originalmente el 12 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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