Los casos de cáncer quintuplican la media. Enfermedades respiratorias y abortos también superan los parámetros normales. Un operativo de docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba realizó un operativo sanitario para evaluar la incidencia del problema y aproximarse a sus causas . El modelo agropecuario en la mira
Por Leonardo Rossi / Fotos: Marcos Oviedo Fuente: Acceso GlobalLas dos letras M gigantes que dan la bienvenida son sugestivas. Entre máquinas pulverizadoras que circulan por el medio de la ciudad, acopios de granos que ventilan un irrespirable polvo desde el corazón urbano, y depósitos de agroquímicos que florecen en cada cuadra transitada podría pensarse que se está en el Mundo Monsanto. Sin duda que la principal compañía de agronegocios está presente de una forma u otra en la cotidianeidad de este poblado. Pero las M en verdad refieren al nombre de esta pequeña urbe: Monte Maíz, al sudeste cordobés, en departamento Unión, a tres horas en auto desde la ciudad de Córdoba. A este punto arriban unos sesenta estudiantes y docentes de medicina, enfermería, nutrición y geógrafos de la Universidad Nacional de Córdoba, para montar un campamento sanitario. Los jóvenes relevaron casa por casa para conocer el estado de salud del pueblo. Una experiencia sin precedentes para esta casa de altos estudios.
Los vecinos aguardan con una expectativa que desborda porque desde hace años perciben que la muerte gana más terreno. Surge la inevitable pregunta: ¿Por qué?
Ya la comunidad había planteado la necesidad de investigar a fondo las causas de la expansión de los casos de cáncer, malformaciones, abortos espontáneos y otras enfermedades poco frecuentes que se han vuelto tema de conversación diario en las calles. Fueron años de lucha, con fallidos intentos de relevamientos sanitarios que desembocaron en la apertura política a tratar el tema. El intendente, Luis Trote, convocó a la Red Universitaria de Ambiente y Salud, encabezada por Medardo Ávila Vázquez para la investigación. La estrategia era conocer el perfil sanitario de los más de ocho mil habitantes y poder establecer conexiones con el origen de la salud colectiva de Monte Maíz.
Las primeras problemáticas ambientales que aparecen a la vista son: un enorme basural que suele ser incendiado, permanentes pulverizaciones en campos linderos a la planta urbana, silos montados en medio de la ciudad que liberan al aire restos de cereal en forma continua, y la presencia de galpones donde se realiza carga, descarga y limpieza de máquinas fumigadoras ubicados entre las residencias de la población.
Los cinco días de campamento sanitario, entre el 15 y el 19 de octubre, ponen a prueba la sensibilidad de los jóvenes estudiantes. Las conclusiones preliminares se obtienen de los crudos relatos de mujeres y hombres habitados por el dolor. Antes de volver a la ciudad capital, el grupo de profesionales de la salud realiza una primera devolución a la comunidad. El punteo de datos recabados de una primera muestra de 594 personas indica que los casos de cáncer detectados en el último año alcanzan al 1,07 por ciento de la población mientras que el promedio que marca la Organización Mundial de la Salud como normal es de 0,2 por ciento. Los pacientes oncológicos representan al 2, 32 por ciento de la ciudad, mientras que la prevalencia de la OMS es de 0,46 por ciento. Algo (o mucho) no anda bien.
Vos, yo, ella, todos y todas
Red de Prevención de la Salud de Monte Maíz es el nombre del colectivo vecinal que desde 2007 se moviliza frente a esta realidad crítica. Verónica Llopiz (43), morocha de mirada seria, encarna una de las voces que motorizó el campamento. Está “preocupada e inquieta”, por sus hijos y amigas, por su entorno, por todos. “Esto es un pueblo, si fallece una persona o hay alguien enfermo, lo vemos, lo encontramos en el supermercado, porque es tu vecino o tu compañero de trabajo”. Y entonces cualquiera se encuentra con que “hay muchos casos de cáncer, lupus, enfermedades raras”, aclara Verónica. Y piensa: “¿Qué se puede hacer?”.