Red Agroforestal Chaco Argentina Redaf
En el noreste cordobés casi no quedan bosques nativos. La ausencia de productores agroganaderos complica un debate amplio del tema.
Fuente: Diario LA VOZ DEL INTERIOR
Sebastián Elcano. En esta localidad del norte cordobés, a 185 kilómetros de la ciudad de Córdoba, se llevó a cabo el primer taller participativo previo a definir cómo se aplicará en Córdoba la llamada “ley de bosques” 26.331). Pero no todos los sectores estuvieron en el debate.
El objetivo era confrontar ideas con diversos actores de la sociedad civil respecto del modo en que se deberán resguardar los bosques nativos de aquí en adelante, y también dejar plasmados en un mapa los lugares que deben considerarse protegidos y dónde no puede haber ningún tipo de intervención.
La Comisión de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo (COTBN), organizadora del encuentro, explicó ante los representantes de organizaciones civiles presentes que habían cursado invitación a la Sociedad Rural de Jesús María, pero eso fue desmentido por el gerente de la entidad gremial, Oscar Nicolodi.
“Nos gustaría saber por qué no estamos. No hemos sido invitados y si alguien dice lo contrario que lo acredite fehacientemente”, señaló Nicolodi, quien también criticó la distribución de la representación en la comisión donde una misma organización lleva muchos representantes.
Más allá de esta notable ausencia –la de los productores de oleaginosas y carnes en una región clave– el taller sirvió para conocer la acuciante situación en gran parte del noreste cordobés, donde se precisan resoluciones urgentes, acordó la mayoría de los participantes.
El departamento Río Seco llegó a tener en algún momento un millón de hectáreas de bosques nativos, pero el avance del agro las redujo a 78 mil hectáreas, manchitas que apenas se distinguen en un mapa satelital.
En contraposición, hay grandes extensiones de paños verdes y amarillos hacia ambos lados de la ruta 9 norte y mucho más verde mientras más cerca se está de la laguna Mar Chiquita. Donde hay soja ya no hay bosque y cada paño de bosque sobreviviente no supera las mil hectáreas.
Alicia Barchuk, investigadora de la Facultad de Agronomía de la UNC y presidenta de la comisión, aseguró que es falsa la argumentación de aquellos que dicen que hay que seguir avanzando sobre el bosque para poder producir, sencillamente porque es casi nulo lo que queda.
La idea es conservar esas parcelas porque albergan algarrobos, breas, chañares, mistoles y garabatos que sirven de refugio y alimento al venado de las Pampas, al oso hormiguero, la mara, la lampalagua, el loro hablador, el guanaco, la tortuga de tierra, el carpintero lomo blanco y el carpintero negro, el pecarí de collar y el gato montés.
VER MAPA SITUACIÓN DEL DESMONTE EN EL NORESTE PROVINCIAL (descargar archivo PDF)
