El agua dulce que comparten Argentina y Paraguay, fuente de vida y energía, así como la diversidad biológica y cultural, son los mayores potenciales de ambos países, que afrontan el desafío de cambiar la matriz basada en la producción agrícola para la exportación, afirmó el ministro del Ambiente paraguayo, Oscar Rivas.
Fuente: TELAM
“Argentina y Paraguay son dos países que comparten uno de los mayores tesoros de la humanidad, la cuenca del Plata, que está entre los cinco sistemas hídricos más importantes del mundo y segundo del continente”, dijo Rivas a Télam.
En una entrevista en la Embajada del Paraguay en Buenos Aires, Rivas dijo que “la cuenca del Plata es uno de los territorios más ricos del planeta, con Paraguay enteramente dentro de ella y una buena parte de las zonas más importantes de la producción, historia, población y economía argentinas”.
“Todo aquello que hagamos, con impacto positivo o negativo, es algo que tenemos en común con Argentina, y del agua dulce que compartimos se deriva otro elemento que hace a la existencia como es la hidroenergía, limpia aunque no libre de impactos ambientales”, sostuvo.
Para Rivas, el tercer aspecto que comparten ambos países es “la biodiversidad, no solamente en términos estrictamente biológicos, sino de potencial genético que ha sido puntal para el desarrollo de la cultura de los pueblos de la región, que es presente y futuro de nuestros pueblos”.
“A esa megadiversidad biológica podemos asociar la megadiversidad cultural sobreviviente en nuestras naciones, que no es simplemente un canto nostálgico a las culturas originarias, sino sobre todo una constatación de culturas que pueden ofrecernos muchísimo en las soluciones de los problemas que hoy se nos plantean a nivel planetario”, dijo.
Rivas opinó que “los saberes respecto del manejo de los territorios, los ecosistemas y los fenómenos naturales que tienen nuestros pueblos originarios pueden darnos pistas y respuestas muy contundentes que nuestra academia hoy no es capaz de ofrecernos”.
“Por eso decimos que para hacer frente a los efectos del cambio climático, no se requiere la transferencia de tecnología en una relación unidireccional, sino el diálogo de saberes con los pueblos que han demostrado ser sociedades sustentables, pudiendo vivir armónicamente con su territorio y su hábitat”.
“Compartimos esto en cuanto a potencialidades y, en cuanto a problemas uno de los principales es el modelo económico al cual le hemos apostado desde los `60, todavía vigente: el basado en la megaproducción agrícola para la exportación”, planteó.
Según Rivas, “esto supone serios problemas sociales y ambientales porque si bien produce dividendos importantes en cuanto al Producto Interno Bruto, lo hace a costa de la exclusión social y el subsidio ambiental”.
“Esa megaproducción que ocupa territorios exige un subsidio social y ambiental en el mediano plazo, por lo que debemos generar un proceso de reconversión económica para que los principios de sustentabilidad rijan nuestros procesos económicos”, observó.
Rivas advirtió que “la otra amenaza que debiéramos encarar es la irrupción de la megaminería, que está presionando a nuestros territorios con una nueva demanda de los productos mineros”.
“Tenemos que hablar un poco más de los principios socio ambientales postulados en la Carta de la Tierra, de la que se hace una revisión en Río de Janeiro en junio, e incorporar las responsabilidades ciudadanas como elemento emblemático de construcción de nuevos paradigmas”, propuso.
Respecto de la soberanía sobre los bienes patrimoniales naturales, Rivas consideró que “es lo más importante en este proceso de construcción de caminos que nos conducen a esos escenarios del país, la región y el planeta que queremos”.
“La soberanía de los pueblos, destinatarios finales de nuestros actos colectivos, hoy vuelve a cobrar fuerza porque hay un proceso muy fuerte de desempoderamiento de los gobiernos de los Estados-Nación, frente a las grandes megaempresas que marcan las pautas macroeconómicas”, indicó.
El funcionario concluyó que “los representantes genuinos de los intereses populares son los gobiernos del Estado-Nación, y es fundamental la acción política para reempoderar a nuestros gobiernos en esos procesos soberanos que los hagan trascender”.-