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Promueven el Turismo Sustentable en el Norte de la provincia de Santa Fe

La propuesta concibe al turismo como herramienta para el desarrollo local y la conservación de la naturaleza. La diversidad vegetal, animal y de paisajes convierten a nuestro territorio en un atractivo lugar para los visitantes. Impulsan la iniciativa Fundación Hábitat & Desarrollo y el Grupo de Turismo Sustentable.

Fuente: Diario El Litoral

Nuestra provincia tiene una diversidad de ecosistemas y paisajes poco conocida. La Fundación Hábitat & Desarrollo tiene como misión conservar la naturaleza. Por eso, junto al Grupo de Turismo Sustentable, se propusieron mejorar las condiciones de vida de las comunidades del norte de Santa Fe, e impulsar la diversificación productiva, la creación de valor agregado local y el uso sustentable del bosque nativo. De allí surgió una propuesta de turismo sustentable, financiada por el Fondo para las Américas.

“Aspiramos a conservar no sólo las áreas naturales protegidas, sino que promovemos la conservación a través de la generación de valor económico y social sobre estos recursos. Para eso pensamos en distintas actividades sustentables para que los bosques, los pastizales y los humedales tengan un valor en sí mismos. Es decir, que sean utilizados, pero sin agotarlos ni destruirlos. En este sentido, el turismo sustentable es una de las alternativas para generar un valor económico y social”, explicó Pablo Tabares, vicepresidente de la Fundación.

¿Qué es el turismo sustentable?

“Promovemos el turismo sustentable que tiene que ser amigable con el medio ambiente, es decir no consumir los recursos naturales; justo socialmente, ya que tiende al desarrollo local; económicamente rentable y culturalmente sustentable, es decir que la cultura del lugar pasa a ser un atractivo”, detalló Ernesto Gamboa, uno de los encargados de la publicación “Santa Fe, tierra del agua”, que difunde el proyecto “Conservación y uso sustentable del bosque nativo y lucha contra la pobreza en las comunidades rurales del Chaco santafesino”.

Como más del 90% de la superficie de la provincia de Santa Fe es privada, se decidió llevar la iniciativa de conservación “tranqueras adentro”, asociándose con los productores. El objetivo es crear o aumentar las zonas protegidas en campos privados y valorizar los bienes y servicios de los ecosistemas. Esto es posible gracias a un trabajo conjunto entre la Fundación Hábitat & Desarrollo, el Grupo de Turismo Sustentable y un conjunto de productores sensibilizados por la conservación.

Gamboa aseguró que “mientras haya pobreza, la conservación de los recursos naturales es casi utópica porque prima la necesidad de supervivencia y se hace de los recursos naturales el uso más fácil, que es consumirlos directamente”. Es por esto que “el desarrollo del turismo sustentable aparece como una de las acciones más tangibles que incentiva la conservación de la naturaleza”. Para difundir y ofrecer este servicio, se creó una agencia de turismo sustentable, que ofrece distintos servicios (Ver lista).

La región

En la región chaqueña existe una extensa explanada de muy dificultoso drenaje que genera una región de importantes cañadas, esteros y lagunas, conocida como Bajos Submeridionales. Sobre el domo oriental se desarrolla la Cuña Boscosa, caracterizada por la presencia de grandes bosques, en los cuales domina el quebracho colorado. Su límite este es el valle de inundación del río Paraná, donde el relieve es modelado por las crecidas y bajantes fluviales.

El monte impenetrable, última frontera de la resistencia aborigen, le ofrece sombra y pasturas al ganadero, y su imponente paisaje al visitante.

La Cuña Boscosa ocupa el sector más húmedo del Chaco Húmedo santafesino, al noreste. La región está constituida por bosques de extensión variable, que se alternan con grandes esteros.

En los sitios elevados se ubican bosques altos, compuestos por especies como el guayaibí, lapacho, ibirá pitá y timbó colorado. En sectores más bajos, se forman quebrachales, la especie dominante que distingue a la región. Por último, los algarrobales ocupan los suelos más bajos, donde es posible encontrar cardales, espinillares y extensos palmares.

Esta diversidad de bosques le ofrece a la región un amplio campo de paisajes.

La fauna

En los bosques aparecen aves que son exclusivas de esta ecorregión como el esparvero variado, el guaycurú y la pava de monte común. En los esteros, están el chajá, el yabirú y una gran variedad de patos. Durante el verano, los bordes de las lagunas están habitados por muchas de las especies de playeros y chorlos, que llegan desde el hemisferio norte.

También son habituales el oso hormiguero grande y el aguará guazú, ambos con serios problemas de conservación en la Argentina. Además, se puede observar el coatí, el pecarí de collar, el oso melero, el yacaré overo y la boa curiyú.

Bajos Submeridionales

El dificultoso escurrimiento de los suelos en esta región hace que sean comunes los esteros y lagunas. El agua modela el paisaje, que alterna períodos de inundación con sequías, generando un ritmo altamente dinámico que transforma grandes lagunas en inmensas llanuras salinas. El paisaje se completa con la numerosa presencia de esteros, cañadas y arroyos.

Las especies de la zona incluyen al ñandú, el espartillero enano, el tachurí canela, el capuchino garganta café y el águila coronada. También se ha descubierto una población de venado de las pampas, un mamífero en peligro de extinción.

MÁS INFORMACIÓN:

www.turismo-sustentable.com.ar

contacto@turismo- sustentable.com.ar

(0342) 4590678

www.habitatydesarrollo.org

/// EL DATO

Posibilidades de turismo sustentable

Turismo rural: está vinculado al gaucho. En nuestra provincia tenemos la gente de campo viviendo como lo hacía el gaucho hace 200 años. El pequeño productor hace la misma vida que el peón. Conocer estas costumbres es una actividad atractiva y valiosa.

Ecoturismo: el Chaco húmedo tiene una gran variedad de especies -animales y vegetales- y de paisajes. Este escenario es ideal para la contemplación y el turismo aventura (canotaje, travesías, cabalgatas).

Observación de flora y fauna: la biodiversidad del norte es digna de ser contemplada. Para ello es necesario conservar los animales, controlar la caza y la pesca.

Turismo slow: es una nueva tendencia que se opone al turismo aventura. La propuesta consiste en tomarse un tiempo de relax para disfrutar del paisaje, de un buen asado o de una tranquila caminata.

Las islas de Santa Fe *

Esta ecorregión se presenta como una prolongación de la selva paranaense hacia el sur y ocupa el valle de inundación del río Paraná. El paisaje que predomina es el de selvas e islas con bosques y pajonales interiores.

Las crecidas y bajantes del río modelan el paisaje. Los bancos de arena son ocupados por alisales que, con el tiempo y la maduración, son reemplazados por bosques de sauces y luego dan paso a los bosques insulares.

En la porción norte se produce una fuerte ingresión de especies chaqueñas y este bosque se conoce localmente como monte negro. También son comunes los pajonales, juncales, pirizales y totorales. En las lagunas se pueden observar grandes superficies cubiertas por el irupé o camalotes.

Las aves migratorias utilizan muchos lugares en estas zonas como apostadero. Las más visibles son el pitotoy solitario, grande y chico; playerito pectoral, rabadilla blanca y unicolor; y la becasa de mar.

En el sitio Ramsar Jaaukanigás se hospedan varias especies de aves con estatus comprometido como el tucán grande, el halcón peregrino, el cisne de cuello negro y el de cuello blanco, el pato crestudo y los passeriformes cardenal común y la cardenilla. Muchas familias con especies vinculadas a los ambientes acuáticos como los martín pescador, las gaviotas, los gaviotines ocupan distintos ambientes del área.

Se encuentran el oso melero, el carayá o mono aullador, el aguará guazú, el lobito de río, el carpincho, el coipo, murciélagos, tatú, mulita y piche, al igual que ratas, ratones y cuises.

Algunos ofidios presentes en el área y con estatus comprometido son: la boa curiyú junto a la culebra ñacaniná o yacaniná y la culebra negra o musurana. También se encuentran las tortugas de agua, el lagarto overo, el yacaré negro y el overo o ñato.

* Extraído del libro “Santa Fe, tierra del agua”. F. Ardura, E. Gamboa, V. Duret, Ed. Grupo Cuenca, Santa Fe, 2009.

Problemática Ambiental *

Según un informe que dio a conocer la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en los últimos 10 años desaparecieron en el norte de la provincia de Santa Fe unas 100.000 hectáreas de bosques nativos. La industria de la leña y el carbón, y especialmente la tánica, productos de poco valor agregado, han sido la causa principal de este proceso durante décadas.

La deforestación está también estrechamente asociada a momentos favorables para la expansión agrícola, ya sea por los precios de los productos agrícolas, cambios tecnológicos o contexto sociopolítico, en estos últimos años. El crecimiento de la agricultura ha provocado problemas ambientales, como la pérdida de la biodiversidad por la sustitución de la matriz vegetal natural por una monoespecífica con mal uso de plaguicidas; pérdida de fertilidad por los monocultivos; y la persistente pérdida de suelo, de estructura y de capacidad de retención del agua. El avance de la agricultura ha sido causal de la fragmentación de los bosques.

Aunque generalmente no se los vea de esta manera, los bosques nativos pueden ser una clara alternativa de uso sustentable. La baja producción de la que se acusa a estos sistemas, muchas veces está disfrazada por el mal manejo y la aplicación de un modelo de monoproducción: los bosques se deterioran si no son bien manejados, pero pueden ser muy productivos si se los trabaja adecuadamente.

Todas las acciones sobre las áreas boscosas han ignorado las múltiples funciones que cumple el bosque, entre las cuales se destacan las de fuente de biodiversidad y regulación de los regímenes hidrológicos. Las superficies, el estado de conservación, factibilidad y costo de recuperación de estos ecosistemas es desconocida por falta de estudios.

* Extraído del libro “Santa Fe, tierra del agua”. F. Ardura, E. Gamboa, V. Duret, Ed. Grupo Cuenca, Santa Fe, 2009.

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