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Opinión: ¿Medio o miedo ambiente?

dra-gomezEl 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Mucho se publicó sobre la fecha. Los medios más hipócritas cubrieron sus páginas con loas a la Pachamama; a su vez, en el suplemento obligado, loas al agrocidio y sus voceros, publicitando los venenos que asolan a nuestra gente. Y al día siguiente, nada. Como nada se hace hoy para tratar de dejar a las generaciones futuras un “futuro común”, donde nace el concepto de “desarrollo sustentable”.

Por Graciela Cristina Gómez (*)

Muchos usan y abusan de esa frase. La escuchamos en los ámbitos menos imaginados, queriendo convencernos así de que la idea está planteada, pero sólo es una burla. Una de las tantas políticas erradas y huecas de contenido de los farsantes de turno. Esos que en plena campaña se olvidan de las inundaciones que asolaron a nuestra provincia, de la sequía histórica producto en gran medida de la deforestación irracional cometida con la venia de anteriores y actuales figuritas repetidas, que cambian de bando y de discurso, aunque de sus caras no logran liberarse.

Esos que poco saben de los cientos de casos de leucemia y sangre con cromo existentes en Las Toscas, y otro tanto en Esperanza, contaminados por los desechos de curtiembres. Del agua contaminada con arsénico que bebe cada día el santafesino de Firmat, Venado Tuerto, Máximo Paz y otras localidades. Poco les importa el grupo de vecinos de San Lorenzo que exige hasta el cansancio medidas, a autoridades y cerealeras, que eviten la contaminación del medio ambiente que vienen padeciendo desde hace años. Los vecinos del barrio Malvinas de Rosario, con más de 200 casos de casos de cáncer. Poco les importa que en Las Petacas la mitad del pueblo sufra alergias y los niños humildes sean usados de banderilleros, dato que los ¿inspectores? jamás reconocieron. Poco les importa que en la provincia los casos de cáncer de testículos y gástricos en varones sean tres veces más que la media nacional, los de hígado casi diez veces más y los de páncreas y pulmón, el doble. Seguramente los funcionarios respondan con total desfachatez que éstos “son casos aislados” o por mala praxis de “algunos” fumigadores, porque los colegiados recetan maravillosamente bien la dosis, tan bien que en Romang comprar glifosato para fumigar camalotes es como ir al quiosco, y toda la provincia lo usa de “matayuyos” en parques y plazas cuando la plaga a combatir sólo está en la soja. Pero se capacitan con gente de Syngenta, en un laboratorio regalo de Monsanto, sin explicarnos en qué parte de la ley que los agrupa se permite eso.

La palabra “ética” no está en el marbete del herbicida, se aprende y se ejecuta cada día; no practicarla es repudiable, actuar en contrario denigra e insulta más que un escrito, porque en ello se va la vida y la salud de la gente. En el mundo del revés todo es posible: el “Estado de derecho” es una frase más, usada para otras ocasiones. Mañana, San Martín Norte y Colonia Dolores seguirán sufriendo el nauseabundo olor que emana de las pestilentes aguas donde otrora se sumergían y jugaban los niños, donde hoy la capa grasosa que la cubre proviene de una cooperativa ganadera de la zona, a la que poco le importa el agua, los niños, los filtros o la contaminación. Aquellas granjas perdidas, aquellos tambos cerrados, aquel ganado pereciendo por la sequía, tampoco serán recordados. Los niños del puerto de Rosario y San Lorenzo caminarán como cada día, con su broncodilatador, sus pulmones enfermos pedirán aire puro y sólo tendrán como respuesta el frío invierno. Los niños de las escuelas rurales dejarán de jugar para encerrarse en el aula, hasta que pase la avioneta que fumiga. Como ellos, cientos de pueblos… Eso también es incumplimiento de deberes de funcionario público, por acción u omisión de una gestión ineficiente o inadecuada.

La Ley 25.675 (General del Ambiente) enumera los instrumentos de la política y la gestión ambiental: 1. El ordenamiento ambiental del territorio; 2. La evaluación de impacto ambiental; 3. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas; 4. La educación ambiental; 5. El sistema de diagnóstico e información ambiental; 6. El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable. Ninguno de ellos se respeta. Hoy la soja traspasó cada uno de esos instrumentos. El agrocidio sistemático se lleva a cabo con la complicidad de cada ente a su servicio. El otrora granero del mundo hoy produce alimentos, pero para ganado; la falacia de alimentar al mundo sólo engorda unos pocos bolsillos.

Francisco Loewy nos enseña: “La agricultura ha de cumplir por lo menos, con tres tareas: mantener al hombre en contacto con la naturaleza viva, humanizar y ennoblecer el hábitat del hombre, hacer posible la existencia de alimentos y otros materiales necesarios para el sustento de la vida. No creo que una civilización que reconoce sólo la tercera de estas tareas y la persigue con tanta desconsideración y violencia, que no sólo olvida las otras dos sino que sistemáticamente las ataca, tenga alguna posibilidad de sobrevivir”. La biodiversidad nos ayuda a entender el papel que cada especie tiene en el ecosistema. La naturaleza nos da señales constantes que no son tenidas en cuenta. El 5 de junio es el día de Molinos, Vicentín, Cargill y Bunge; el 5 de junio es el día de Santa Fe sin ambiente: el día del miedo ambiente.

(*) Abogada (UBA) y escribana (UNR). Militante ecologista.

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