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Entrevista a Norma Giarracca, socióloga rural: “La soja arrincona y violenta al campesino”

El auge de los agronegocios motivó un movimiento de resistencia de las comunidades campesinas en defensa de su tierra. Un conflicto que involucra los modos de producción, los recursos naturales y los derechos de los pueblos.

Fuente: Diario Crítica

Norma Giarracca y Miguel Teubal, socióloga y economista, especialistas ambos en sociología rural, acaban de publicar las anotaciones, los borradores frescos de un gran trabajo de investigación sobre el campesinado en América Latina. “La tierra es nuestra, tuya y de aquel…”, se llama el libro, como la vieja canción de Daniel Viglietti, y recoge los relatos de hombres y mujeres en Guatemala, México, Brasil, Venezuela y también en la Argentina, donde se multiplican los movimientos que enfrentan y sufren las consecuencias del auge de los agronegocios. En una entrevista con Crítica de la Argentina, Giarracca define el conflicto entre el avance de la agroindustria y los campesinos.

–¿Qué características tienen los nuevos movimientos que ustedes llaman “antiagricultura industrial”?

–Las comunidades indígenas y campesinas, si bien presentan diferencias entre ellas, comparten un sentido parecido en relación con la tierra, los recursos naturales y el trabajo familiar, que las distinguen claramente de una explotación que sigue la lógica capitalista.

Durante mucho tiempo, los agentes modernizadores buscaron integrar estos territorios indígenas o campesinos a través de los famosos programas de desarrollo. El objetivo era romper con las lógicas propias de estas comunidades e integrarlas al mercado. A través del siglo XX la experiencia fue –digámoslo claramente– nefasta. Al gran capital agrario nunca le interesó la presencia de la pequeña agricultura capitalista porque representa un escollo a su expansión.

–¿El fracaso de los planes de desarrollo les dio fuerza, entonces, a estos movimientos?

–Esta memoria de fracasos acumulados en América Latina, Asia, África, más el carácter devastador del capitalismo neoliberal de los últimos 35 años, han conducido a los sectores campesinos de América Latina y del mundo a que se opongan al avance de estos modelos. Pero es necesario tener en cuenta otro elemento: lo que se hace con el suelo, el aire, el agua, los bosques, la salud humana, ha llevado a que una buena parte de la humanidad revalorizara a esas poblaciones que, desde hace siglos, producen alimentos sanos, sin agroquímicos, cuidando los recursos. Se debe tener en cuenta que el 80% de los recursos con que cuenta la humanidad para su futuro están localizados en zonas de campesinos e indígenas.

–¿Por qué cree que estas luchas se convierten en luchas políticas?

–Porque los avances del agronegocio amenazan a estas comunidades pero también amenazan los recursos naturales, que son bienes comunes, por eso las luchas campesinas e indígenas tienen ese sentido universalizador que las hace una lucha política.

–¿Cómo son los casos argentinos? ¿Tienen relación con la política partidaria?

–La Argentina, un país con fuerte vocación de modernización capitalista, con fuerte impronta de “modernidad periférica”, invisibilizó su pasado indígena culturalmente. Y a los campesinos se los trataba como “minifundistas”. Todo el empeño se centraba en ver cómo se los convertía en pequeños capitalistas modernos y eficientes. Lo que sucede en la Argentina desde fines de los ochenta es que estas poblaciones no se resignan a migrar a las grandes ciudades y dan la lucha por sus tierras. Por primera vez se identifican como “campesinos”. En estos últimos tiempos hemos visto aparecer organizaciones de campesinos por todo el país, buscando aprendizajes legales para mantener sus tierras amenazadas por el agronegocio, buscando modos de producir y comercializar que incorporen novedades. Y los resultados son variados y muy significativos. En el libro aparecen referentes de dos organizaciones, la pionera de Santiago del Estero y otra de Mendoza, pero hay muchas más, ahora federadas en distintos espacios. En general, los movimientos son autónomos de los partidos políticos.

–¿Cómo puede relacionárselos con el largo conflicto rural que se inició en marzo de 2008?

–La presencia campesina e indígena durante el conflicto fue muy interesante. Fíjense que no hubo presencia de sectores populares urbanos, quienes estuvieron callados y sin voz. Los campesinos e indígenas no sólo estuvieron atentos sino que sacaron varias declaraciones públicas que salieron en periódicos nacionales. Por supuesto formularon duras críticas al modelo sojero y a sus actores, que en Chaco, Santiago del Estero, son quienes los arrinconan, violentan, etc. Muchas organizaciones que estaban en Federación Agraria Argentina se fueron y formaron una organización cobijada por el Gobierno. Pero surgieron otros, que no están ni con el modelo ni con el Gobierno.

Un comentario

  1. Guillermo Mayocchi

    Me tope con el Blog buscando info sobre la sociologa Norma Giarracca, por una buena nota que comparto, en su espiritu e intención, sobre el proximo Bicentenario, que acavo de leer en un suplemento viejo (2008) de un diario nacional (que no nombro por que trae mala suerte!, dicen! ja ja ja ), que encontre haciendo limpieza de mi siempre desbordada “Biblio-video-y cualquier otra cosa-TECA”. ¡Que grata sorpresa ! dar con este espacio… seria largo de esplicar (una vida)… toda la tematica me atraviesa en presente y en historia. Bueno, para un primer contacto fue bastante para mi, ya habra tiempo. Celebro con ustedes este encuentro, hasta pronto. Gracias. Guillermo

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