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¿Cuánto vale un ecosistema?

En diálogo con enREDando, Pablo Bertinat, presidente de Taller Ecologista nos habla de las principales preocupaciones en relación a la salud del planeta. Asegura que el actual modelo de desarrollo sigue afectando fuertemente la vida del ser humano y la naturaleza; y que los presupuestos públicos son insuficientes para políticas de largo plazo. Además, alerta a prestarle atención a la llamada “economía verde”, un eufemismo para ponerle precio a la naturaleza e incluirla en el ciclo de la economía. Bertinat también se refiere a la Agenda Socioambiental, un documento con prioridades ambientales que una veintena de organizaciones le presentarán a los candidatos a gobernador.

Por Vivi Benito
Portal Enredando

Taller Ecologista lleva 26 años realizando trabajos de investigación, educación y reflexión socioambiental. Es una de las organizaciones más importantes y respetadas de la región. Organizadamente y en red lucha por un modelo de desarrollo sustentable, humanizado e igualitario.

Conversamos con Pablo Bertinat, presidente del Taller, docente en la Universidad Tecnológica Nacioal (UTN) y especialista en energía, para tener un panorama de las principales preocupaciones ambientales hoy.

e: ¿Podemos ubicar al modelo productivo capitalista como uno de los grandes responsables de los desequilibrios ambientales?

P.B: Sin dudas que el gran deterioro que se ha dado en los últimos tiempos, hablemos de todo el proceso de la revolución industrial para acá, agudizado en la segunda mitad de siglo XX, y más fuertemente en los últimos 20 años, tiene una relación directa con el modelo productivo mundial.

Precisamente ahora estamos en el marco de una discusión muy fuerte que se llevará el año que viene a la Cumbre “Río + 20”, que es la reedición de lo que fue la reunión de Río (de Janeiro) en el año 92, cuando se firmaron los primeros tratados sobre ambiente a nivel mundial. Se están rediscutiendo los avances o no de los tratados y el empeoramiento de la situación en el ambiente.

La situación ha empeorado muchísimo, sobre todo, la realidad vinculada al cambio climático, que es el principal problema socioambiental en el que estamos metidos, está claro que la relación entre el deterioro del ambiente y el modelo productivo mundial es totalmente directa.

Actualmente se están recuperando viejas discusiones, del Documento del Club de Roma de los años 70, que planteaba la imposibilidad del crecimiento infinito en medio de un planeta con recursos finitos. Es imposible pensar que la economía puede crecer infinitamente utilizando materiales y energía sin provocar impacto. Está en discusión la imposibilidad del capitalismo de resolver esta cuestión, eso cada vez queda más claro.

En la medida que la lógica que se le impone a la naturaleza sea la lógica del capital, sin contemplar los tiempos de vida y reproducción de la naturaleza, imponiéndole los tiempos de reproducción del capital, pensando que la naturaleza tiene que ser una forma de capital con la cual hay que atraer ganancias, rentas, etc, es inviable pensar en un desarrollo de ese tipo.

Hay que discutir realmente el modelo de desarrollo, qué tipo de desarrollo queremos, si queremos el desarrollo de los bienes materiales (de las cosas) o de las personas. Cómo generar un modelo de desarrollo distinto que requiera de menos materiales, menos energía, cosa que nos permita un relacionamiento con la naturaleza de otro tipo, no utilitarista como el que tenemos. Que esté contemplado en los nuevos procesos constitucionales, como es el caso de Ecuador, donde la naturaleza está considerada constitucionalmente un Sujeto de Derecho. Esto es inédito en el continente y creo que es la más avanzada.

En la medida en que no podamos rediscutir relaciones, el modelo productivo está en el centro de esto porque es en definitiva el que está definiendo esa relación entre nosotros y la naturaleza.

e: ¿De qué se habla cuando se dice Economía Verde? ¿Colabora con la protección de la naturaleza?

P.B: Uno de los grandes temas de “Río + 20”, sobre el que tenemos mucha preocupación es que hay un intento de revitalizar una alternativa como salida a la crisis socioambiental por parte de Naciones Unidas que es lo que llaman Economía Verde.

Hay una gran movida internacional por parte de Naciones Unidas y los países desarrollados por ubicar como única alternativa de salida a la crisis socioambiental, el desarrollo de la Economía Verde. Creen que la forma de salvar la naturaleza es poniéndole precio, o sea, meterla adentro del ciclo de la economía, y nosotros creemos que es totalmente al revés. En la medida que la equiparemos con el ciclo de la economía, va a estar atada a los tiempos de la renta, de la especulación, que no son los tiempos de la naturaleza ni de las personas.

Vemos una fuerte andanada en este sentido, nos van a querer atacar con esta herramienta como si fuera algo interesante. El tema es complejo, el camino no es el de ponerle precio a las cosas para cuidarlas, ¿qué precio tiene un ecosistema que está por desaparecer?; ¿Cómo le vas a pone precio a eso? Es probable que tenga un valor determinado, pero ¿cuales son los criterios de evaluación, en función de los intereses de quién?

“Río + 20” es una movilización muy grande, en estos días en Brasil se conformará el Comité integrado por organizaciones de la Sociedad Civil de diferente tipo para intentar incidir en todo este proceso. Va a haber una iniciativa fuerte por parte de los gobiernos para impulsar las alternativas de Economía Verde. En muchos países ya hay comités nacionales que están impulsando el debate, es un paraguas global que aparece en el tema del clima y el ambiente que seguramente se irá fortaleciendo en los próximos meses, en base a las redes locales de cada uno de los países.

e: De igual modo que lo hicieron en 2007, Taller Ecologista junto a un colectivo de organizaciones de la provincia, previo a las elecciones del 24 de julio, en un debate público le presentarán a los candidatos a gobernador un documento con un diagnóstico y propuestas sobre temáticas ambientales. ¿Cómo viene ese trabajo?

P.B: Estamos revitalizando el trabajo que hicimos en el 2007 con más de 30 organizaciones de la provincia. Durante estos años hicimos un seguimiento de algunas cosas puntuales como la ley de bosques, como el tema de la basura o cuestiones vinculadas al modelo agropecuario, e hicimos el seguimiento legislativo de proyectos de ley en la provincia.

En algunos casos tuvimos pequeños éxitos, en otros, no hemos logrado muchas cosas, lo que estamos haciendo es una actualización de aquello para volver a hacer un replanteo a los nuevos candidatos. El encuentro será a principios de julio, la idea es hacer una convocatoria a los principales candidatos a gobernador para que en una actividad pública puedan expresar su opinión con respecto al tema ambiental en la provincia.

e: Muchos de los temas siguen siendo los mismos de la agenda anterior, no?

P.B: Básicamente sí. El modelo agropecuario, cómo encontrar brechas que nos permitan ir generando alternativas al modelo agroindustrial. Nos ha sido muy dificultoso avanzar por lo menos en espacios donde pueda haber alternativas de otro modelo productivo. Nosotros creemos que hay muchas condiciones para que esto se dé. Una de nuestras propuestas por ejemplo era aprovechar los cinturones de las ciudades donde no debiera poder fumigarse. En las ciudades y las comunas esos espacios podrían ser corredores con otro tipo de cultivos, de producción, inclusive de energías alternativas, de plantas medicinales, huertas, biogas, se podría generar agua allí.

Creemos que ahí hay una posibilidad de hacer una experiencia en escala grande. Estamos hablando de que en la provincia hay 400 municipios y comunas, si se aprobara la ley serían muchos miles de hectáreas, si hubiese una iniciativa del Estado para fortalecerlo, esto sería muy bueno porque además generaría empleo local.

Después están otros temas como el agua, energía, la ley de bosques. Estamos muy preocupados porque no se termina de definir la ley de protección de bosques nativos, hace falta que lleguen los recursos de Nación para hacer los trabajos que se estipularon. Después, todo lo que tiene que ver con la contaminación local, por ejemplo, lo que está ocurriendo en nuestro cordón industrial. A nivel aire, agua, suelo, en todos los rubros no hay realmente un dimensionamiento del impacto que está produciendo el modelo agroindustrial en la región, inclusive hay dificultades para el acceso a la información pública, porque no es generada, o porque no es compartida. Hay informaciones que ni siquiera están producidas.

Debiera haber una mayor preocupación desde los gobiernos locales, provincial por generar esa información, por monitorear la calidad de aire, agua, suelo en todo lo que es el cordón industrial y ponerlo a disposición de la gente para poder elaborar políticas. Información concreta y confiable. El Estado tiene que jugar un rol más fuerte, hubo avances en algunos casos pero sabemos que se mide no sistemáticamente y no hay información disponible para la sociedad como se debería.

Para los Estados, la cuestión ambiental se sigue viendo como un gasto, como si fuese algo decorativo y no como una política transversal. En la medida que no se pueda ver que es una herramienta para mejorar la calidad de vida, va a ser muy difícil avanzar. Y eso uno lo nota en los presupuestos, allí uno puede dimensionar cuál es el rol que se le da.

e: ¿Qué es lo que más te alienta dentro de este panorama un tanto gris?

P.B: Alienta mucho la actitud de la gente. Creo que la preocupación de la gente con estos temas es siempre creciente, hay cada vez más demanda por conocer y saber, más debates sobre ciertos temas. Esto es tal vez uno los principales desafíos, dar respuesta a estas cosas. En las currículas educativas ha tenido una fuerte inclusión la temática ambiental, los chicos en las escuelas primarias y secundarias ven muchas más cosas de las que vimos nosotros sobre estos temas. Y esto provoca un ruido también, los chicos se preparan para ciertas cuestiones que luego en la vida real no ocurren. Se puede ver que trabajan para separar basura, o sobre energía renovable y cuando terminan la escuela y van viendo lo que sucede, está más atrasada la realidad que las currículas educativas. Están menos avanzadas las políticas.

Hemos avanzado bastante, al menos en lo formal, en la formación, más que en las políticas públicas, que no dan respuestas a muchas cosas. Por ejemplo, quiero separar la basura y no puedo porque no la pasan a buscar separada. Ocurre lo mismo en muchos aspectos, como la deforestación. ¿Cómo se hace para que haya una congruencia entre lo que se enseña y lo que ocurre en la realidad?

El desafío sigue siendo transformar estas cosas en políticas públicas, incorporar estas herramientas en las agendas públicas en todos los partidos políticos progresistas. Nosotros trabajamos con la intención de que los partidos asuman todo este tema, como herramientas de políticas transversales, para que estas cosas sean realidad.

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